Ofrecer totoaba, un pez en peligro de extinción, como platillo no es ilegal en nuestra ciudad, siempre y cuando se cumpla con las normas.

La Ley General de Vida Silvestre permite el aprovechamiento comercial de totoaba reproducida en cautiverio a través de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).

La condición que tienen es que destinen aproximadamente la mitad de su población de alevines o juveniles al repoblamiento de la especie en su hábitat natural.

Según la Semarnat, en nuestro país hay seis UMA de totoaba que cuentan con el permiso y desde 2014 han liberado más de 200 mil individuos en el Golfo de California, de donde la especie es endémica. «El objetivo es impulsar el aprovechamiento y reproducción sustentable de totoaba para contrarrestar la pesca y tráfico ilegal».

Estas UMA, hay que subrayar, sólo pueden hacer un aprovechamiento sustentable a nivel nacional; tienen prohibida la exportación de totoaba, ya que esta especie se encuentra en el Apéndice 1 de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

¿Cuines ya no lo ofrece?

Sobre la denuncia en medios que hubo del restaurante Cuines Cocina de mercado, en Masaryk (Polanco), respecto a que en su carta se ofrece totoaba al horno, la Semarnat explicó que «son obtenidos de una comercializadora con sede en Ensenada, que adquiere la totoaba de forma legal al comprarla a la UMA Earth Ocean Farms».

Cuines en su menú incluye el platillo: totoaba acompañado con verduras baby y salicornias con un precio de 345 pesos. En la carta se puede leer “pesca responsable”.

Inspectores de la Profepa visitaron el lugar el jueves y verificaron que «actualmente en el lugar no se comercializa carne de dicha especie. El inspeccionado explicó que tiempo atrás sí contaban con el producto, el cual era adquirido a través de la comercializadora El Sargazo, ubicada en Ensenada, Baja California».

Un video de Prensa Animal muestra una llamada telefónica al restaurante en la que se explica que el platillo no está por ahora disponible ya que se ofrece por temporadas, pero que próximamente podría ofrecerse.

El año pasado, Profepa le cayó al restaurante Garum tras una denuncia ciudadana en la qie encontró dos kilos de carne, en filetes, de totoaba en refrigeración y congelación. Aunque acreditó su legal procedencia no demostró ser parte de los comercios que podían venderla.