Desde Lodi, California (USA) llega este
vino que huele a muchas cosas, todas a la vez, con aromas muy intensos:
pimienta, especias, pimiento, plantas, hierbas; su olor principal
podría decirse que es el de esos arándanos deshidratados que venden
cuando se acerca la navidad (o los que vienen en las barras de granola)
acompañados de paprika picosita.
Al probarlo lo que más se siente es
un sabor como a anís y clavo
, también sabe mucho a ciruela, moras
negras y algo a chocolate… acompañando estos sabores una cierta
frescura en el vino muy agradable, pero ojo: tiene un final amargo y
salado que puede no ser muy agradable para algunas personas.
Si bien el vino es bastante
aceptable por si mismo, recomendamos acompañarlo de un buen chocolate
semi-amargo…
y con buen nos referimos a esos chocolates que luego nos
da codo comprar por caros, pero que si los comes con este zinfandel la
experiencia se vuelve tan tan buena que es difícil de describir sin
entrar en términos un poco porno.
El vino no sabemos donde ni a
cuanto se consiga en el DF, pero es un hecho que se distribuye por acá
(tal vez sólo a restaurantes). En USA cuesta alrededor de US$25.