Es sábado. Tendrás reunión en casa y quieres lucirte en la cocina y deleitarte en el acto. Y con el perdón de los supermercados, pero la ocasión amerita una dedicada elección de los ingredientes: así que, con bolsa y carrito del mandado, agarras temprano rumbo al Mercado de San Juan.

Como buen mercado mexicano, cada pasillo es una exaltación de colores, texturas, aromas, sabores y pregones; pero aguas, que uno no va a instagramear, sino a regatear y cotorrear con los marchantes y las doñas: si uno se gana su respeto, puede hacerse de arcanos consejos sobre técnicas de preparación o lograr que te aparten algún ingrediente de temporada.

El de San Juan es un gran delicatessen, distribuido entre sus pasillos y locales: en La Jersey se puede tapear, mientras se eligen quesos y fiambres de alta alcurnia; mientras que el local de Los Coyotes, funciona como dealer de carnes extravagantes, donde igual hay jabalí, venado e, incluso, dicen que hasta de búfalo o león. Y así, entre percebes y mejillones, rambutanes y carambolas, regresaremos al hogar con un sensory overload, y la inspiración para cocinar tras haber pasado una de las experiencias, literalmente, más ricas de la ciudad.

Productos nacionales e internacionales, Ernesto Pugibet s/n, Centro, lun-dom 7-18 hrs.

Fotos: Alex H.O, Getty Images, Javier Rincón, Héctor Barrera y Alejandra Arango