El Gruyére es un queso suizo muy reconocido a nivel mundial, y que
desde hace algunos años está protegido por su denominación de origen.
Es un queso de color amarillo pálido, consistencia muy firme y que tiene los famosos hoyos o burbujas de aire en su interior.

Tiene
un sabor muy característico que aunque a muchos les pueda parecer algo
fuerte, en realidad no lo es tanto en comparación con otros quesos.
Dependiendo de su añejamiento, puede llegar a presentar sabores
ahumados, dulces y almendrados aún cuando es en sí un queso salado.
Su
sabor distintivo lo ha consolidado como ingrediente indispensable de
varios platillos de fama mundial como el Fondue, el Quiche o la sopa de
cebolla tradicional.

Aunque hay quesos ‘Tipo Gruyère’ muy buenos
(sobre todo franceses) , hay también otros bastante malos; por eso en
esta ocasión y para poder experimentar realmente lo que este maridaje
puede dar te sugerimos ir a la segura y comprar un pedacito de Gruyère
Suizo original.

Te sugerimos acompañarlo con un buen Pinot Noir.
En nuestro caso fue con un Morandé Reserva 2007 del Valle de
Casablanca, Chile, que aunque no resultó taaan bueno (el vino) funcionó
bastante bien para el maridaje. Los sabores muy frutales del vino
realzan el sabor del queso, mientras que la acidez actua balanceando
ese saborcito agudo o penetrante que a mucha gente le parece fuerte. La
mejor parte llega hacia el laaaargo final donde prevalece una
combinación de sabores ahumados y terrosos – muy agradable

El vino cuesta aproximadamente $200 pesos y el queso alrededor de $120 por 100 gramos.