No se va a la guerra sin fusil, no le das una zape juguetón a tu suegro el día que lo conoces y no vas a ningún estadio de nuestra bellísima ciudad sin antes garnachear un poco. Sí garnachear (si la palabra cantinflear está aprobada por la Real Academia de la Lengua Española, ¿por qué no ésta?). Ya sean tacos, tortas, esquites o carnitas cada uno de los templos deportivos de nuestra ciudad tiene sus localitos pródigos favoritos.

Así que no importa credo o religión, puma o águila, cementero, beisbolero, taurino o conciertero, en el DF no pasas hambre si estás 1km a la redonda de un estadio y dispuesto a aumentar tu nivel de colesterol.

Ps. En la mayoría de los siguientes lugares no aceptan tarjeta de crédito, lleva cambio, es tu amigo.

Prepara tus arterias repletas y dale siguiente.