En un comedor que parece casi demasiado sencillo y sobrio, los platillos de Patricia Quintana siguen dando de qué hablar. Su concepto es clave en el proceso de transición que vivió (y vive) la cocina mexicana. El comal al fondo del lugar igue prendido para despachar tortillas hechas a mano, de las que se derivan importantes creaciones, como las enchiladas de queso brie preparadas con chile guajillo.

También hay que probar el cordero al vapor preparado estilo barbacoa y servido en hoja de plátano (que desde luego, parece un regalito), y acompañarlo con un vino mexicano de los que la chef es una gran promotora. Para cerrar con el sabor de México en el paladar: café de olla y, para el postre, natilla a la vainilla de Papantla.

Masaryk 513, Polanco, 5280 1671.