Steven: Empecemos con el Extrême. El helado sufre los mismos problemas que el relleno del Eskimal. La consistencia es desagradable y realmente no le hallo el sabor a chocolate o vainilla– más bien sabe a endulzante. El cubierto de chocolate tampoco la arma. Entre su sabor a aceite vegetal y su consistencia granulosa, sólo provoca un "guácala". Ah, pero antes de que crean que todo anda mal en el mundo Nestlé, reconozcamos que el cono es muy rico. Crujiente y dulcecito — justa la combinación que me gusta. En el Cornetto encontramos la situación opuesta. El helado es cremoso, sabe a lo que debe saber, el cubierto de chocolate es de más calidad, pero el cono es más suavecito y no sabe tan bién como el del Extrême. Pero no solo de pan se hace un cono, así que a fin de cuentas los suizos (Nestlé) decepcionan nuevamente.

Andrea: A ver, vámonos por partes. Para empezar creo que la presentación de este tipo de postre es algo incomoda, en uno (Cornetto) tienes el helado al borde del derrame y al otro (Extrême) tienes que quitarle mucho papel y batirte para llegar a lo que nos interesa. El helado del Cornetto es como un budin de chocolate, no tiene sabor ni consistencia. Los ‘toppings’ que le agregan sólo contribuye al espanto aún mayor del cliente. Por otra parte el Extrême mezcla "helado" de vainilla y chocolate. Entre comillo helado porque ninguno de los dos me sabe a eso, el blanco me sabe a crema batida y el de chocolate me sabe a….grasa con azucar. Perdón, de verdad no quiero ser agresiva, pero c’est vrai. A final de cuentas, sea el nombre que sea, cualquier conito de esos congelados que venden en tienditas no me gusta.