Primero, las compras

1. Compra poquito:Como todas las buenas cosas de la vida, el café tiene una fecha de caducidad. Por eso debes tener disponible sólo el que te vayas a tomar en una semana

2. Compra en grano: El tiempo de vida de un café en grano es mayor que el del café molido. Sólo necesitas tener un pequeño molino calibrado en casa para hacer este paso (es más trabajo pero tiene sus recompensas).

3. Si compras café molido, procura que sea el adecuado a la cafetera que tienes en casa. A la cafetera para espresso, por ejemplo, le va un molido fino.

Luego, la máquina

1. Si tienes una cafetera eléctrica y quieres sacar el mejor provecho de ella, prepara una carga con el café que vas a tomar. No dejes la cafetera encendida por horas y no recalientes el café. Si lo haces, cuando llegue a tu boca habrá perdido todas sus propiedades.

2. Tómate tu tiempo. Si invertiste en una cafetera ultra sofisticada, vas a necesitar paciencia para preparar una buena taza. Disfruta el proceso y no lo apresures.

Ahora, pruébalo

El café se cata igual que si fuera vino, mezcal o cualquier otro espirituoso. Aunque no vas a realizar este proceso con todas las tazas de café que te tomes en la vida, es un buen ejercicio para que descubras qué café te gusta más.

Entonces:

1. Primero hay que predisponer a los sentidos. O simplemente despertarlos. Para hacerlo debes colocar en diferentes platos un trozo de chocolate, una rajita de canela, un poco de clavo, un chorrito de crema, un puño de tierra mojada, una rodaja de toronja, nueces y todo lo que quieras de tu alacena. Pasto mojado o un poco de tabaco se valen.

2. Véndate los ojos o ciérralos. Huele cada uno de los platos. Esto ayudará a que tu olfato esté alerta y hagas la asociación cuando estés frente a una taza.

3. Luego observa: ¿qué hay en una taza de café?, ¿cómo es la espuma?, ¿cómo son las burbujas?

4. Cuando llegue el momento de, finalmente, tomarlo café: haz ruido. Sorbe, no es de mala educación, lo prometemos. Centra tu atención en la densidad, la acidez y la astringencia (te hace salivar, te llena la boca o pasa ligero).

Por último, pero no menos importante, decide: ¿te gustó o no?