En la década de los 60, la Ciudad de México tenía un rostro distinto. Al sur aún pasaba el tranvía, y justo en el tramo que corría en la Avenida Coyoacán, en la Colonia del Valle, un pequeño local de pollos rostizados comenzó una historia llena de sabor que permanece hasta nuestros días. En aquel entonces el sistema de reparto no estaba segmentado como en nuestros días, entregában desde La Basílica hasta Satélite.

Con el tiempo, fue el paladar de los comensales el que dictó cuál sería el producto estrella de la casa: las flautas ahogadas. Y para hacerle honor a su especialidad, el lugar adoptó ese nombre que lo convertiría en uno de los lugares consentidos de la Del Valle. ¿Qué es lo que hace a este sitio tan especial? El híbrido que venden, que bien podría ser una flauta con espíritu de enchilada: te las sirven por pieza, en un platito hondo, en las que puedes ir remojándolas —o más bien ahogándolas— poco a poco.

Y si bien hay otros lugares en la ciudad que también ofertan flautas ahogadas, lo que hace que este lugar sea literalmente ‘El Rey’ es la variedad de sus rellenos: hay flautas de carne de res, de pollo, de jamón, de frijol, de papa y la joya de la corona: la flauta de carne al pastor. Como en este restaurante también se venden tacos y tortas al pastor, ¿por qué no ofrecer flautas? Por supuesto, a todas se les puede agregar una ración extra de queso fundido en el interior, para redondear la experiencia.

El Rey de las Ahogadas

Foto: Pável M. Gaona

Además de las flautas matadoras, también hay otras opciones: quesadillas al comal —lo que se agradece, para restarle culpas a la comedera—, sopes y como ya lo señalamos, también tacos “blanditos”, que además de los de pastor, también hay de diferentes carnes (estrellita en la frente para los de cecina y los de bistec). Las quesadillas y sopes no son nada del otro mundo, pero tampoco es que el lugar haga gala de ellos. Aquí se viene a comer flautas ahogadas y lo demás es un plus.

Como en todo, hay un par de pelos en la sopa que deberás tomar en cuenta si te animas a venir. Lo primero es que si vienes en coche, el lugar no cuenta con estacionamiento y aunque hay mucha calle, la zona de comercios no te permitirá aparcar, así que te tendrás que estacionar un tanto lejos. Por otro lado también está la atención: son un poco tardados, así que si vienes con un hambre de dragón, vete mentalizando. Ah, y si vienes en fin de semana, prepárate porque en horas pico es un tanto complicado alcanzar mesa.

Pero si quieres probar uno de esos platillos diferentes que además ya son parte de un pedacito de historia de la Ciudad de México, date una vuelta y conoce este sitio con más de medio siglo de sabor tradicional. ¡Provecho!

Avenida Coyoacán 360-E, Colonia Del Valle, lun-jue 11-00 h, vie-sáb 11-01 h, dom 11-23 h.