Los chilangos somos requete positivos, y en estos días lluviosos queremos ver a nuestra ciudad como una pequeña y romántica Venecia, en la que las atracciones están al alcance de la mano: no hay que hacer cola para subirnos al splash mountain, pues el segundo piso nos ofrece el mismo efecto; los niños van felices por las calles recibiendo las olas que hacen los coches en los charcos, pues los inocentes ignoran que se están chopeando en el agüita de piña y de zapote que se derramó del caño. Personalmente yo no encuentro nada romántico en esta pequeña Venecia.

Sin embargo buscándole ventajas a este clima encontramos que la única forma para sobrellevarlo (bueno, no la única) es con una taza de té. Según tu estado de ánimo elige tu presentación y variedad favorita.