Adiós a las , Rocaletas, y a las Tix-tix que cariñosamente
nos escaldaban la lengua; adiós a los Tamborines, Miguelitos y Pica-gomas que
tan dulcemente nos enchilaban y destapaban la nariz y oídos; adiós a los
Krankys y a las Panditas que sumergidas en agua crecían dos veces su tamaño. Adiós a todos ustedes dulces amigos, que han
otorgado momentos tan gratos a nuestra infancia. Nunca los olvidaremos.