Presentamos el ultimate faceoff de alitas. La lucha por coronarse como el rey. En cada esquina hay un contrincante que está a un paso de la victoria. ¿Quién es el campeón? Sigue leyendo.

Por acá tenemos Cranker Sports Bar. Por si no lo has escuchado —¿vives en la luna?— este lugar es de los más chidos para ver cualquier partido o evento deportivo. Está dentro de Alboa Santa Fe, un complejo bastante grande donde el chef Daniel Ovadía—si te suena, tal vez lo conoces por Nudo Negro o Peltre— se hizo cargo de un tridente de restaurantes.

Cranker es el más informal, pero sus pantallas enormes te aseguran una experiencia única a la hora de ver a tu equipo favorito. En el menú encuentras desde una hamburguesa típica hasta una con foie gras, así que no te preocupes por tu amigo el mamón que no come comida “chafa”.

Como Daniel cocina muy bien, eso de hacer alitas le sale natural. Las hay de dos tipos: picantes o agridulces. Si lo tuyo es el chile, vete por la primera opción. Échate una chela de barril para vivir la experiencia completa.

Ojo, no menospreciamos las agridulces. Cualquiera de las dos son una joya. El tamaño es un poco más grande que el de las alitas que conoces y el sabor es una maravilla.

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¿Por qué las alitas de Cranker? Por la experiencia completa y el gran —graaaaaaan— sazón de Daniel Ovadía.

Cranker-Vía Santa Fe
Vasco de Quiroga 3800, Santa Fe
dom-mar 13:30-22 h, mié-sáb 13:30-23 h

Por el otro lado está Corazón de Pollo. Lo encontramos dentro de Mesa Nápoles, un tipo mercado gourmet, con comida mucho más amigable y no tan pretenciosa. Éste no es un localito cualquiera, es una rosticería.

Las mentes detrás son los chefs Luis Serdio y Bernardo Bukantz, un par de chavos —sí, son chavos. Ya estamos dando el rucazo— que llevan rato jugando con este concepto. Al no ser un restaurante clásico o un fast food, aquí las alitas se hacen con dedicación, tiempo y mucho amor.

Lo que hace especial a Corazón de Pollo es el trabajo detrás de una simple pieza de ave: se marinan por 24 horas con jugo de naranja y romero. El resultado final es una delicia crujiente, picante y muy doradita.

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¿Por qué Corazón de Pollo? No son alitas cualquiera. Las guarniciones son una joya —prueba las papas rostizadas— y el pollo tiene un sabor único.

Corazón de Pollo
Kansas 38, Nápoles
lun-dom 10-22 h

Este duelo se lo llevan las de pollo rostizado. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que son una de las mejores alitas de la ciudad.

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