Ala hora de acompañar un pastel o en general cualquier tipo de postre se suele pensar en el café como la primera opción, quizás también en té y vino. Pero hay otra que probablemente no se te había ocurrido y luce mucho más interesante y divertida: la cerveza.

Para disfrutar esta experiencia al máximo hay ciertas sugerencias. De acuerdo a Mike Reis, especialista norteamericano en vinos y colaborador paraseriouseats.com, lo primero a tomar en cuenta es que la cantidad de azúcar en el postre influye en la percepción del sabor de la bebida. Es decir, hay que buscar que la cerveza sea igual o más dulce que el postre para que esta no se perciba seca y no se favorezca la predominancia de aspectos como la acidez, amargura y el alcohol, lo cual acabaría con la experiencia.

Ahí te van estos tips del experto:

– Los sabores hallados en las cervezas de malta de cebada tostada, como stouts y porters, se llevan muy bien con los postres basados en chocolate debido a sus notas de café, ceniza y sí, chocolate.

– Sin embargo, las irlandesas stouts secas y otras de este tipo no encajan por su dulzura.

– Otra opción para chocolate: elige aquellas con sabores afrutados o de caramelo, ya que no imitan su sabor.

En este sentido, el empresario cervecero Jeff Mendel, quien ha realizado experiencias de maridaje entre chocolate y cerveza, recuerda que entre estos dos sabores hay una química perfecta que se da por la riqueza del primero y la carbonatación de la segunda. Se crea una experiencia íntegra de sentir y saborear cuando la rica sensación grasosa de la manteca de cacao se funde a a temperatura corporal e inunda el paladar, al tiempo que el vivo toque de la carbonatación activa el nervio trigémino.

Postres con fruta

Aquíla levadura es el elemento favorable, ya que algunas de sus cepas ofrecen una cantidad de sabores frutales que pueden conectar la cerveza y la comida. Reis recuerda que estos sabores se encuentran en tipos como las ales de estilo belga, las ales alemanas de trigo y algunas inglesas ale. Las dulces como la dunkelweizen son ideales para un pie de manzana no tan dulce. En tanto que los postres de nueces pueden combinar muy bien con las Brown ale: son fuertes, con buen sabor a malta, afrutadas y secas.

Panqué, galletas de mantequilla, glaseado de limón

Las tipo pilsner en cambio, como recuerda el especialista cervecero Michael Agnew, son las ideales para estos postres. Otros también las sugieren incluso con helado de fresa, ya que su leve amargura contribuye a que destaque el carácter natural de la fruta.

Postres a base de caramelo o cajeta (dulce de leche)

Estos postres son los más complicados de combinar, por su alto dulzor. Para ellos lo ideal son las cervezas con sabores acaramelados similares y muy dulces. Se recomienda especialmente aquellas que tengan un sabor profundo y complejo que haga la experiencia interesante. Un pudín de caramelo puede sonar como algo complicado en este sentido, pero una densa y dulce barley wine (de origen inglés y conocida también como “vino de cebada” o “ale fuerte”) resulta ideal para acompañar.

Cerveza como ingrediente de tus postres

La combinación es tan efectiva que incluso para preparar postres como brownies o pasteles de chocolate se llegan a emplear cervezas como las stouts. Y es que esta bebida añade un nivel especial de acidez y sabor a un postre que lo hace único. Eso sí, se recomienda que la cerveza con la que se cocinó sea la misma con la que se acompañe el postre preparado.

Y aunque existen todas estas reglas y sugerencias, la clave es la experiencia propia: sentarse a la mesa y probar cómo se llevan ciertos postres con determinadas cervezas. A veces puede ocurrir lo mismo que cuando se conocen dos personas que aparentemente no tendrían nada en común: se da la chispa y se convierten en una pareja extraordinaria, ¿a poco no?

También lee:

¿Spa de cerveza en casa?

¿Cómo elegir una cerveza?

Tips para aprender a tomar chela