Atila (395-453) fue el más grande emperador de su tiempo,constantemente se le relacionó con actitudes sanguinarias y crueles, aunque pormuchos fue considerado como un noble y grande rey.

La vida de Atila era muydisciplinada por lo que no solía regalarse fácilmente a la borrachera y a lavida loca; sin embargo, el día de su boda, decidió celebrar en grande y le entrócon ganas a la comilona y aún más a la borrachera.

A Atila nadie logró ponerleun alto, hubo muchos que –sin éxito– atentaron contra su vida. Fue la borrachera la que le ocasionó una incontrolablehemorragia nasal. Al enterarse de esto sus soldados seinfligieron heridas en el cuerpo, pues decían que el más grande de todos losguerreros debía ser llorado con sangre de hombres, no con lágrimas de mujer.

Personalemente –y como mujer– no me gustaría bañar de mi propia sangre elaltar de Atila, no soy tan poética como sus soldados. Bien podríamos dejarle unas simbólicas rodajitas de moronga.