Aprovecha que hoy están las arcas llenas para salir a conocer estos lugares: ajustamos las recomendaciones a tu presupuesto y te aseguramos comer algo rico.

Si andas apretado

El Racó: Es un lugarcito de comida catalana muy agusto. En la carta hay platillos consentidos de la cocina española; el arroz negro o la paella de mar y montaña. Es de los lugares por los que vale la pena darse una vuelta en La Condesa.

Oh Mayahuel: El que no ha comido una tlayuda (platillo callejero típico oaxaqueño) no ha probado las mieles de la tierra prometida. Es un plato llenador, que trae un poco de todo: una tortilla (grande, muy grande), embarrada con frijoles, asiento, una dosis de queso Oaxaca y… tasajo, chorizo o cecina enchilada. Uff.

Si no tienes apuro

El Cardenal: Ya sea que lo visites para el desayuno, la comida o la cena, es un lugar del que saldrás satisfecho. Hacen el pan, el queso y la tortillas en casa como garantía. La cocina es mexicana: aquí si vale la pena venirte a comer una sopa de tortilla o algo más de temporada como los escamoles.

El C25: Además de comer un delicioso pato, y la cocina de fusión (la mezcla de especias con frutas es para chuparse los dedos), también puedes sentirte en un exclusivo resort caribeño: las mesas están al aire libre rodeadas de vegetación y ornamentos talladas en madera. Ah y para concluir, date una vuelta a la librería que está ahí, en el mismo restaurante.

Para darte el lujo

Tezka: Nunca nos vamos a cansar de este lugar. Lleva quince años y continúan en la tarea de renovar su menú. Siempre encontrarás un rico menú de desgutación lleno de sorpresas gratas al paladar. Un lugar en el que tienes que comer al menos una vez, ni hablar.

D.O. Denominación de Origen: Que te atienda el bonachón de Pablo San Román te va a encantar. Sus croquetas con las mejores de la zona, crujientes y cremosas. Aquí se viene a comer mucho, a tomar mucho vino. Hay que llegar con el tiempo suficiente para instalarse y pasársela muy agusto.