Crecimos con ellos y estamos dispuestos a la úlcera gástrica por ellos.
Ni cómo negarlo: la combinacion agripicante de los chilitos y chamoys
(que en la primaria comíamos hasta en raspadito) nos vuelve loco, en
todas y cada una de sus formas.
Quisimos hacer la prueba de cuál
era mejor: brinquitos, tamarocas, mangogos… la verdad es que no
pudimos, porque todos tienen lo suyo, en su nivel.
Te dejamos la
decisión de elegir el mejor a ti, checa la lista y al final vota por tu
favorito.