De vuelta a la realidad: clase de siete, un poco de tráfico, café en la mano y tarea que siempre puede esperar. La (buena) vida cotidiana de un estudiante universitario. Sabemos que sufres un poquito y que reniegas porque se acabó el verano. Como buenos samaritanos te traemos los tips para que hagas de tus horas ahorcadas algo más placentero: molletes, el desayuno universitario por exelencia.
Sólo pásale al siguiente.