Mariana: Mejor conocidos por nuestra generación como "brinquitos". Una
extra dosis de azúcar para poner a los niños locos e inducirse
lentamente un coma diabético. Pero qué buenos que son. La verdad es que
no pican, sólo causan una saltarina sensación en la boca.
Steven: Tengo que volver a probarlos cuando haya recuperado todos mis poderes de crítico gourmet. Me supieron a pura azucar.