Cursilería melosa. Aquí te sientes en el mero escondrijo de
los dioses. El lugar es amplio, tiene piso de madera decorado con bolas que
emanan iluminación tenue y sexy. La música es lounge, una que te enreda de
inmediato en el romanceo con ritmos sensuales y desprovistos. Las mesas son de
sillones cómodos, ideales para recargarte y acurrucarte con la parejita.
Comida: Tapas de jamón serrano. El punto es compartir, y una
entrada es la opción para que intercambiar bocados. Además es un platillo cómo,
poco peligroso (no te preocupas mucho de ensuciarte) y va de la mano con
cualquier trago.
El trago: Para él un brandy con soda. Fresco, ligero y
deshinibidor. Para ella, es justo y necesario romper el hielo con un coctel
herbal en copar martinera. Muchos lo conocen como el Arco Iris, lleva 2 ½ oz de
brandy, 1 ¼ de chartreuse verde y 1 ¼ de chartreuse amarillo.
El lugar está en el techo de un hotel muy colonial en el
centro. La vista a la torre latinoamericana y a esa zona de la ciudad te va a
encantar.