Así de honestosdeberíamos ser todos.Si hicimos algo mal, hay que aceptarlo y recibir elcastigo, asumir las consecuencias de nuestras acciones y no volver a cometer el mismo error. Eso está bien, pero de ahí a que nos siembren evidencias falsas que quieren que aceptemos, hay mucha diferencia.No logramos entender la injusticia provocada por estos polis ni la tortura psicológica que le provocaron a este pobre borrachín, al que vinieron a ningunear con sus tamañitos.

Su frase para laposteridad…
¡Ese no es el cuchillo que traía yo!