Héctor Rojas está en el suelo, convulsionando. Un granadero le dio una golpiza cuando bloqueaba los carriles de Insurgentes, a la altura del Parque Hundido, para llamar la atención del entonces delegado de Benito Juárez, Mario Palacios, y evitar que un edificio construido en la calle de Millet 39 –levantado irregularmente– fuera habitado por los compradores. Los vecinos se dieron cuenta de que llegaba un camión de mudanzas y le impidieron el paso, porque una vez habitado, es imposible desalojarlo, aunque sea una construcción irregular. Por eso extendieron su bloqueo hasta Insurgentes. Una ambulancia lleva a Héctor al Hospital General de Xoco. Es el 21 de abril de 2012.

Situaciones como ésa no amedrentan a Héctor. Empezó su activismo en 2009, cuando se manifestó contra la construcción de un edificio dentro del Parque Hundido no una, sino más de 10 veces. La constructora había derrumbado una casa catalogada por el INAH (en el número 78 de Millet) y en su lugar levantó departamentos de lujo que se ofrecían en alrededor de 500 mil dólares. Rojas, como todos los vecinos y usuarios del parque, se indignó. «Logré la simpatía de toda la ciudad porque es ofensivo que un gobierno permita que se construya un edificio de vivienda en un parque público», dice mientras vigila a sus perras que corren por el parque. Los vecinos buscaron al delegado Germán de la Garza, que estaba por dejar el cargo, pero no lograron hablar con él.

Entonces, con sus propios recursos, Rojas financió una campaña en favor del lugar. Con la fundación Vecinos del Parque Hundido A.C. logró que las autoridades voltearan a verlos: organizó posadas, fiestas por el Día del Niño, conciertos al aire libre, entre otros. Llegaron hasta Marcelo Ebrard, quien les dijo: “Son unos necios, pero tienen razón y lo vamos a demoler”. El entonces jefe de Gobierno llevó maquinaria para tirar lo que tenían construido el 29 septiembre de 2010, el mismo día del cumpleaños de Héctor, que también es publicista.

Rojas es un vecino querido. Todos lo saludan mientras conversamos en el parque. La gente lo ha adoptado como su representante y se le acerca para hablarle de sus inquietudes sobre la limpieza y la seguridad de la zona. PRI, PAN y PRD le han ofrecidocargos públicos, pero a él no le interesa. «La forma más fácil para que un político descalifique a un ciudadano es acusándolo de tener intereses de por medio», dice. Sin embargo, estaría dispuesto a aceptar un cargo público si tuviera la certeza de poder generar un cambio positivo. De hecho, está convencido de que todos los partidos políticos tienen algo bueno, «el problema son las personas que sólo buscan beneficios personales».

Nació cerca del Parque Hundido, en un departamento donde sus papás comenzaron su matrimonio hace más de 39 años. Desde entonces, Héctor procura mantenerse en la zona y cuidarla. Busca el apoyo de empresas socialmente responsables que, junto con las autoridades de la delegación Benito Juárez, puedan mantener limpio el parque,con alumbrado suficiente, con sus fuentes y el reloj monumental funcionando, que incluyan internet gratuito y conserven las áreas verdes en buen estado. Además, promueve las actividades gratuitas para todos los visitantes, como los músicos que se presentan en el Audiorama.

¿Eres un vecino ejemplar?, le pregunto. «En varios aspectos, porque nunca he claudicado en lo que quiero.»