Las autoridades uruguayas detuvieron a 12 mexicanos por su presunta participación en el robo a una joyería en Punta del Este, pero ¿qué relación tienen esos mexicanos en Uruguay con los asaltos a joyerías en la CDMX?

Todo comenzó el pasado 6 de febrero, cuando un grupo de hombres armados asaltó una joyería ubicada en el Hotel Conrad, de donde se llevaron un botín millonario al robarse relojes de marcas como Rólex, Omega o Bvlgari, cuyo valor fluctúa entre los 3 mil y los 50 mil dólares, es decir, entre 6 mil y unos 100 mil pesos.

Los responsables del robo entraron en la joyería Sensation Du temps y destruyeron las estanterías de cristal con mazos. ¿Dónde hemos visto algo así? Cof, cof, ¿les suena Santa Fe?

Tras el asalto, los delincuentes escaparon a bordo de una camioneta que los esperaba afuera del hotel, pero las autoridades pusieron en marcha una investigación que primero llevó a la detención de 9 mexicanos en Uruguay y luego de otros tres presuntos cómplices.

Desde que inició la investigación, las autoridades chilangas y de Uruguay compartieron información sobre los asaltos a joyerías en los que se han utilizado mazos, ya que es el mismo modus operandi que se ha visto en Santa Fe y otras zonas de la CDMX.

La mañana de este jueves 8 de febrero, el embajador de México Francisco Agustín Arroyo explicó que la detención de los 12 mexicanos en Uruguay se debió a que los presuntos delincuentes cometieron una serie de errores.

«Seguro no conocen los usos y costumbres de los uruguayos. Las autoridades se preocupan por darle seguimiento a este tipo de cosas. Dejaron huellas por doquier, compra de autos, hospedaje, llegada de autobuses», dijo el diplomático en entrevista con Carlos Loret de Mola para el programa Despierta.

—¿Qué error cometieron?, se le cuestionó

—Todos. Entraron a mazazos en uno de los hoteles, dejaron huellas por todos lados, el auto que habían adquirido lo dejaron en la Plaza México, agregó.

Señaló que los presuntos ladrones son «jóvenes a quienes se les hizo fácil delinquir, llegaron en situaciones muy precarias que usaron para comprar una vagoneta, hospedarse, no tomaron en cuenta que el índice delictivo es menor, que iban a ser sorprendidos».

La última vez que un grupo de delincuentes utilizó mazos para asaltar una joyería en la Ciudad de México fue en noviembre pasado, cuando asaltaron el establecimiento La Pequeña Suiza, precisamente en Santa Fe.

En esa ocasión, las investigaciones estimaron que el botín robado ascendía a 13 millones de pesos mexicanos, sin que al momento hayan detenidos.