El 7 de junio se celebra el Día de la Libertad de Prensa en México, por lo que sirve de pretexto para recordar al medio que, a pesar de la llegada de nuevos canales de información, se resiste a morir: el periódico.
Aunque hoy se leen menos que antes, lo cierto es que la prensa escrita ha recogido gran parte de la historia de la Ciudad de México, así que demos un breve repaso a algunos periódicos capitalinos que dejaron huella en el periodismo nacional.

El del Rostro: El Heraldo de México

En 1965, México era un país de avanzada, que se preparaba para recibir unos Juegos Olímpicos y con una clase media creciente que demandaba un nuevo estilo de vida.
En ese contexto surgió El Heraldo de México, un diario que incorporaba un estilo moderno a la prensa en México, empezando por el uso del color —en ese entonces y durante tres décadas más, la mayoría de los diarios eran en blanco y negro— que privilegiaba las imágenes y que entre sus filas le daba cabida a una nueva generación de periodistas, como Raúl Velasco, por mencionar a alguno.
Fundado por Gabriel Alarcon Chargoy, un empresario de salas de cine —hoy, permanecen dos cines abandonados en la Ciudad de México que le pertenecían a él, uno está en la Glorieta de Insurgentes y el otro en Coyoacán—, en su contenido tenía una fuerte carga hacia la información de sociales y de espectáculos —y a la derecha y al oficialismo también—.
De hecho, este diario organizaba cada año una entrega de premios, los “Heraldos”, y en ese marco presentaba a una chica que era una joven promesa, El Rostro de El Heraldo, del cual salieron nombres como Lucía Méndez, Verónica Castro, Tatiana, Sara Maldonado, Ana Bárbara y Angélica Rivera.
Otra novedad de este diario era su campaña publicitaria de televisión, que con el eslogan “Piensa Joven”, hizo famosa en México la frase de “el vaso medio lleno”.
Entre crisis y problemas familiares, el diario fue perdiendo terreno, hasta que en 2003 lo compró el conductor de radio José Gutiérrez Vivó para crear Diario Monitor, el cual atravesó problemas económicos y legales hasta que en febrero de 2009 desapareció de la circulación.

El del Gobierno: El Nacional

En plena campaña electoral, el candidato del partido oficial quería un periódico que le sirviera como órgano oficial para informar lo que él quería que la gente supiera… era 1929 y Pascual Ortiz Rubio fundaba el diario El Nacional Revolucionario.
Después, cambió su nombre a El Nacional, y durante 69 años fue el periódico oficial del Gobierno mexicano, es decir, donde los presidentes decían lo que querían y en donde decían lo que querían los presidentes.
%u2028En 1993, el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari vendió varios de los medios de comunicación gubernamentales, como los canales de televisión que hoy conforman TV Azteca, y aunque intentó vender a El Nacional, nadie lo quiso comprar, por lo que surgió una broma que lo describía bien: “no se podía vender porque ya estaba vendido”.
En algunos momentos de su existencia, llegó a ser el periódico con mayor circulación nacional, lo cual se lograba gracias a una inversión en tecnología que permitía enviar las ediciones vía satélite desde la Ciudad de México a los estados para editarlas localmente y hasta a colores.
En su legendario suplemento “Revista Mexicana de Cultura”, participaron plumas tan importantes como las de Octavio Paz, José Revueltas y Carlos Monsiváis. El 30 de septiembre de 1998, El Nacional salió por última vez a las calles.

El de Televisa: Summa

Nació en febrero de 1994 y murió en enero de 1995, por lo que fue uno de los periódicos más efímeros de la Ciudad de México.
Se trataba de un periódico de Televisa, presidido directamente por Emilio Azcárraga Vidaurreta (el “Tigre”) y Jacobo Zabludovsky; tuvo dos épocas, en la primera se trataba de un periódico de información económica de formato standard, y unos meses después se convirtió en un diario tabloide de información general.
Primero fue dirigido por un periodista especializado en finanzas, José Antonio Pérez Stuart, y después por una periodistas que tenía una carrera más orientada hacia la izquierda, Isabel Arvide, por lo que, especialmente en su última época, tuvo momentos en los que sus contenidos atacaban directamente a “los altos mandos” del Gobierno, como al entonces candidato presidencial, Ernesto Zedillo.
Por alguna razón, Televisa quería un diario combativo en esos años en los que la principal noticia en México (antes del “error de diciembre”) era el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Subcomandante Marcos (por cierto, tuvieron un pleito con los jesuitas porque ese periódico aseguraba que Marcos pertenecía a esa congregación religiosa, lo cual no fue verdad).
Entre los tumbos editoriales, las pocas ventas, el cambio de gobierno y la crisis, el diario desapareció a menos de un año de su creación.

El más “moderno”: Novedades

Fundado en 1936, uno de los diarios más tradicionales en México fue el Novedades, el cual tuvo varias épocas, pero en general se trató de un periódico de información general ligero y muy cercano al poder.
Su fundador fue Rómulo O’Farril, un empresario automotriz que en 1949 obtuvo la primera concesión de televisión en México, con el canal 4, que después pasó a formar parte de Telesistema Mexicano, es decir, lo que hoy es Televisa, compañía de la que esa familia fue socia hasta inicios de los 90.
Era un diario con tendencia oficialista, aunque tuvo grandes y polémicos suplementos culturales y hasta uno de los primeros suplementos dedicados a los niños: “Mi Periodiquito”; asimismo, por sus páginas pasaron algunas personalidades del periodismo, como el caricaturista Abel Quesada.
A mediados de los 80 tuvo un rediseño importante con el que se le incluyeron algunas novedades interesantes, como páginas a color y llamados en portada a otras secciones, además de notas cortas y suplementos especiales. Todo esto estaba apoyado por una intensa campaña televisiva que promovía las suscripciones regalando libros, perfumes de Silvia Pinal, boletos para sorteos de automóviles y, lo más valorado por muchos, entradas gratis a Reino Aventura.

De los más recientes: El Centro y El Independiente

El 11 de octubre de 2008, después de un año y siete meses, desapareció el periódico El Centro, uno de los proyectos periodísticos más ambiciosos de los últimos tiempos. Durante sus últimos días padeció problemas económicos y se enfrentó a Televisa debido a que incluyó en sus páginas información que resultaba delicada para la televisora.
Y otro diario efímero, que duró poco más de un año, fue El Independiente. ¿recuerdan aquellos videos donde importantes políticos de la izquierda recibían grandes cantidades de dinero en unos portafolios y hasta se llevaban unas ligas para poder contarlo después? Pues quien se encargó de entregarlos y grabarlos fue el dueño de este periódico: Carlos Ahumada (la de los videos, es su oficina). Tenía a dos directores de lujo: Javier Solórzano y Raymundo Rivapalacio; dejó de imprimirse en 2004.
Y tú, ¿leíste alguno de estos periódicos?