Tlatelolco, México.- Al grito de “¡Todos somos frikis!” y con algunos policías ayudando a movilizar el tráfico (y que no entendían lo que pasaba), cientos de chilangos disfrazados se lanzaron a tomar Paseo de la Reforma en la mañana del 25 de mayo.

Los automovilistas y vecinos que fueron testigos de este acontecimiento no daban crédito a lo que veían: Chun-Li, marchando mano a mano, codo con codo, con Wolverine. Yu-Gi-Oh lanzaba cartas y Ash, maestro Pokemon, lanzaba consignas para la liberación de las criaturas fantásticas.

A la vanguardia del contingente una docena de lolitas pedían respeto por los otakus y más atrás, Gokú lanzaba genkidamas apoyado por el Joker que se reía estrepitosamente. Decenas de ninjas, lidereados por Naruto corrían de un lado a otro y V amenazaba con hacer volar el parlamento mexicano (inexistente, pero nadie le dijo).

Sin causar más desorden que el escándalo de estar oyendo canciones de los Caballeros del Zodiaco,la Marcha del Orgullo Friki lleva seis ediciones en nuestro país. Podría decirse que es la marcha más ciivilizada a la que hemos asistido: sin acarreados ni tortas, los frikis de la ciudad se unen a la celebración mundial en donde solo buscan divertirse y hacerse notar: terminaron en una gran fiesta en el Monumento a la Revolución, donde brindaron con agua de limón, bebidas orientales y refrescos de grosella.

Las tribus frikis de la ciudad son muchas: Potterheads, Warsies, Treekies, Otakus, Cosplayers, Moneros. Fanáticos del cine y de la fantasía. La mayoría son estudiantes que encontraron su tribu urbana en otras personas que gustan de lo mismo. Entrevistamos a un otaku de cabello rosa y audífonos y fue categórico en su declaración: “Me gusta divertirme, no hago mal a nadie, no me gustan las drogas y voy bien en la escuela.

No es un asunto de madurez, sólo prefiero las series japonesas ¿hay algún problema con eso?”. Nosotros decimos: ningún problema, de hecho, fue divertidísimo. Cámaras y micrófonos al estudio, y los dejamos con una galería de fotos ¿qué opinas de esto?