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Vivimos la época dorada de la construcción

Tour por los rascacielos más viejitos del DF

21 de julio de 2015
Por    Carlos Tomasini (@carlostomasini)

Hace unos días fue suspendido el proyecto de construcción de la torre Mitikah, que tendría 60 pisos y sería la más grande del sur del DF; sin embargo, la construcción de rascacielos vive una época dorada que empezó con la Torre Mayor y a la que ahora le seguirán edificios como la Torre BBVA Bancomer y la Torre Reforma, entre otros proyectos.

Pero durante muchos años se pensó que el suelo de la Ciudad de México no era apto para construcciones de varias decenas de pisos, aunque hubo algunos “gigantes” que se opusieron a esa creencia e incluso desafiaron limitaciones arquitectónicas y tecnológicas de la época, además de sobrevivir a crisis económicas económicas y hasta resistieron firmes el terremoto más fuerte de la historia de la capital.

Aquí recordamos un poco de la valiente historia de cinco de los rascacielos más viejos del DF y que, durante el siglo pasado, fueron las construcciones más altas de la ciudad.

Torre Ejecutiva Pemex
52 pisos
1982

No es bonita, pero esta torre gris era la más alta de la Ciudad de México durante casi 20 años; además de que fue el rascacielos más grande que resistió el terremoto de 8.1 grados del 19 de septiembre de 1985.

Su construcción inició en 1976, en pleno boom petrolero, cuando los precios mundiales del petróleo estaban por lo cielos y llegaron tantos millones de dólares a México que el Presidente José López Portillo dijo que el país ya no tenía que preocuparse por la pobreza, sino por administrar la riqueza (sí, neta, eso dijo). Es por esto que la Torre de Pemex sería un símbolo del poder petrolero nacional de esos gloriosos años.

Pero, por ahí de 1982, ese sueño se rompió cuando los precios del petróleo bajaron estrepitosamente, por lo que se vivió una tremenda crisis económica en el país (que duró muchos años más). En ese contexto, después de un par de interrupciones, se inauguró oficialmente ese mismo año, aunque todavía no estaba terminada, por lo que hasta por ahí de 1984 estuvo completamente habitable.

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Este edificio, localizado en la avenida Marina Nacional, es obra del arquitecto Pedro Moctezuma, el mismo que por ahí de 1968 rediseñó el escudo nacional oficial (sí el de la serpiente y el nopal de la bandera) para dejarlo como luce actualmente; también es el creador del edificio sede del PRI (en Buenavista) y la Facultad de Contaduría y Administración de Ciudad Universitaria.

World Trade Center Ciudad de México
50 pisos
1972

En los terrenos de lo que fuera un gran parque en la zona de la colonia Nápoles, un empresario de origen español pero con nacionalidad mexicana, Manuel Suárez y Suárez, tuvo la idea de crear todo un desarrollo que estaría compuesto por una torre de 60 pisos en donde habría un hotel para recibir a 3 mil 100 personas en sus mil 508 habitaciones de diseño hexagonal, un centro cultural, un centro comercial con mercado de artesanías, una escuela de arte público, un cine-teatro, un centro de espectáculos, un espacio para exposiciones y una amplia zona de estacionamiento con todo y un paradero de autobuses. Era 1966, cuando la ciudad se preparaba para recibir a los Juegos Olímpicos, por lo que el proyecto tendría que estar listo para 1968, teniendo como insignia la torre que llevaría el nombre de “Hotel de México”. 

  • Foto: Cuartoscuro
  • Sin embargo, el plazo no se cumplió, principalmente por cuestiones económicas (también algunos intereses políticos entre algunos personajes involucrados en la obra y el dueño, quien además era uno de los más importantes mecenas de los muralistas mexicanos, como David Alfaro Siqueiros, quien elaboró los murales del Polyforum, el cual pertenece al proyecto inicial) y, posteriormente, tras varias modificaciones de los planes iniciales, las obras quedaron suspendidas o con muy leves avances durante un par de décadas. El arquitecto encargado del proyecto fue Guillermo Rossell de la Lama, quien también era político, miembro activo del PRI y que fue Secretario de Turismo en 1976 y Gobernador de Hidalgo en 1981.

    Así, el edificio del “Hotel de México”, como se le conocía popularmente entre los chilangos, funcionó a medias durante los años 70 y 80, cuando únicamente funcionaba su modernísimo restaurante giratorio instalado en su parte más alta (que todavía está ahí) y algunas áreas en las que se realizaban exposiciones y conciertos (ahí se presentó la banda The Police en noviembre de 1980… cuando en el país estaban prácticamente prohibidos los conciertos de rock).

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    A mediados de los 80, en su azotea se colocó un espectacular y multipremiado anuncio luminoso de los relojes Citizen, el cual podía verse desde gran parte de la ciudad y desde los aviones, que, por cierto, han tenido durante años este rascacielos como referencia para enfilarse hacia el Aeropuerto cuando llegan al DF.

    En 1988 murió el empresario Suárez y Suárez, y con él también se fue su inconcluso proyecto, por lo que se creó un fideicomiso en el que, a partir de 1992, participaron empresas privadas y el gobierno para transformar por completo su setentera fachada por su diseño y funciones actuales. El encargado del rediseño fue el arquitecto Bosco Gutiérrez (autor de edificios como el corporativo de General Motors de Polanco y el Centro Insurgentes, junto al Teatro de los Insurgentes), quien, por cierto, sufrió un violento y muy difundido secuestro de nueve meses en 1990. El World Trade Center Ciudad de México fue inaugurado en 1996.

    Torre Latinoamericana
    45 pisos
    1956

    Durante la primera mitad del siglo 20, en Estados Unidos se puso de moda la construcción de grandes rascacielos en las ciudades como símbolo de modernidad a pesar de las severas crisis económicas que vivió ese país en capítulos históricos como al Segunda Guerra Mundial. En esos mismos años, la Ciudad de México estaba en pleno crecimiento y vivía cierta bonanza económica. 

    En ese contexto, un grupo de empresarios, dueños de la compañía de seguros La Latinoamericana, decidieron construir un edificio que sería su nueva sede. El proyecto inicial fue de una torre de 26 pisos, pero al final se trató de un rascacielos de 45 que, a petición de los dueños, sería similar al Empire State de Nueva York.

    Para cimentarlo, durante varios años se realizaron estudios del subsuelo de la Ciudad de México, por lo que se desarrolló un nuevo sistema que hace que la torre se sostenga sobre una especie de cámaras similares a las de un barco y que, entre otras cosas, evita que lo afecte el hundimiento de esa zona; en su tiempo, ese sistema fue modelo para construir edificios similares en el mundo. 

  • Foto: Cuartoscuro
  • Algunos relatos de la época aseguran que había quienes se oponían a su construcción con argumentos como que el suelo no resistiría un sismo o que afeaba la imagen del Centro Histórico, mientras que quienes la defendían aseguraban que sería el final de la imagen “provinciana” del la capital.

    Tras siete años de construcción, se inauguró en abril de 1956, siendo el primer rascacielos del mundo cuya fachada era de cristal y aluminio, lo cual se había hecho para aligerar su peso. En 1957 tuvo su primer examen al resistir un terremoto de 7.7 grados (el que tiró al “Ángel de la Independencia” de su pedestal); años después, en 1985, la “Latino” también salió completamente ilesa del temblor de 8.1 grados. Resistir intacta ambos sismos, junto con otros de gran magnitud que se han registrado durante su historia, la han convertido en uno de los rascacielos más resistentes del mundo construidos en zonas altamente sísmicas.

    En la década de los 50, en su parte más alta se colocó un reloj electrónico y un carrillón que sonaba cada hora y que le daba un ambiente peculiar al Centro Histórico, e cual funcionó hasta inicios de los 90. Por allá del año 2000, el deterioro de la torre era evidente, por lo que el gobierno y la iniciativa privada acudieron a su rescate mediante una importante remodelación de su fachada.

    [Los pleitos entre vecinos: ¿te ha pasado?]

    El arquitecto que le dio forma fue Augusto H. Álvarez, quien también diseñó la Torre Altus, una torre de departamentos inaugurada en 1998, localizada en Bosques de las Lomas y que también es uno de los edificios más altos de la Ciudad de México con sus 44 pisos. También diseñó el campus de la Escuela Bancaria y Comercial, muy cerca de la esquina de Insurgentes y Reforma.

    Debido a su valor arquitectónico, la Torre Latinoamericana fue declarada como Monumento Artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes.

    Hyatt Regency Mexico City
    43 pisos
    1987

    Presidente Intercontinental Hotel
    42
    1977

    Ambos hoteles se encuentran, en terrenos contiguos, en la zona que divide a Polanco del Bosque de Chapultepec y, durante varios años, fueron los edificios más altos de la zona.

    El hotel Presidente, que durante muchos años tuvo la icónica imagen luminosa de un chapulín en su parte superior (algunos chilangos conocían al edificio como “el chapulín), fue uno de los edificios de concreto más altos del mundo y, antes de la inauguración de la Torre Ejecutiva Pemex, era el tercer edificio más alto de la Ciudad de México. 

  • Foto: Cuartoscuro
  • Este rascacielos, en el que se han hospedado importantes figuras internacionales que han visitado el DF, fue obra del arquitecto Juan Sordo Madaleno, quien también creó lugares importantes de la ciudad, como Plaza Universidad y Plaza Satélite.

    En cuanto al que hoy es el Hyatt Regency Mexico City, y que durante muchos años fue el Hotel Nikko, se inauguró en 1987, pero su proyecto, de capital japonés, arrancó en 1982 y la construcción en 1985, la cual fue interrumpida meses después debido al terremoto del 19 de septiembre.

    Es uno de los hoteles más altos del mundo y, en la Ciudad de México, es el hotel con más pisos, inclusive por arriba del St. Regis (que se encuentra sobre Paseo de la Reforma, frente a la Diana) que tiene 33 pisos, aunque es ocho metros más alto que el Nikko (Hyatt Regency), el cual mide 142 metros.

    ¿Qué opinas de los edificios más altos de la Ciudad de México?

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