Apoyar psicológicamente a los niños tras el sismo es una tarea sumamente importante, porque, si los adultos nos asustamos tanto ese #19S, los más pequeños debieron estarlo todavía más, al igual que los adolescentes.

Emilio es un pequeño de tres años y medio. Hace unos días, le preguntó a su mamá si le iban a caer cosas en la cabeza y continuamente cuestiona por qué se movió todo. Otro Emilio, pero de 12 años, le comenta a su familia que no ha dejado de temblar, aunque sigue con su rutina normal; sin embargo, ya tiene un plan de emergencia junto con sus padres y su hermana. Alan tiene 13 años e inmediatamente dice que sí se asustó durante el temblor, pues las paredes de su escuela crujían.

Si los adultos estamos asustados, los niños pueden estarlo aún más, pues no entienden qué sucedió; además, tienen una mayor probabilidad de sufrir estrés postraumático. ¿Cómo ayudarlos? No hay mejor manera que darles apoyo. Antes que nada, diles que pueden expresar sus sentimientos sin ninguna pena o miedo; escúchalos y diles que todos experimentamos lo mismo. No los presiones y tampoco les pidas que estén alegres.

No limites a los niños tras el sismo; sin importar la edad que tengan, déjalos hablar sobre sus sentimientos, que pregunten sus dudas y trata de contestarles con un lenguaje claro; si son muy pequeños, hazlo por medio de juegos y dibujos, para ellos es más fácil expresarse por ese medio. Al estar expuestos a tanta información en la televisión e internet, evita que vean escenas de personas lesionadas o de edificios colapsados.

Así como para los adultos es difícil e importante retomar nuestras rutinas, para los niños puede serlo más. Llévalos a la escuela y hazles saber que es un lugar seguro. Ayúdalos a regresar a sus actividades cotidianas: si van a clases extra, si practican algún deporte u otra actividad. Déjalos salir a jugar con sus amigos, que retomen su vida cotidiana.

Es muy importante que, pequeños o adolescentes, perciban seguridad en sus padres. Si no notan seguridad y tranquilidad en ellos, será difícil que puedan sentirse así. Los papás también deben tener mucha paciencia, pues hay niños que piden dormir con ellos y, los adolescentes, pueden reaccionar con enojo.

De acuerdo con Michele Escamilla, psicoanalista egresada de la Universidad Iberoamericana, es probable que los niños bajen su rendimiento escolar; por ello recomienda a los padres que, en este tiempo, no sean tan exigentes en ese aspecto.

Si al pasar el tiempo, los niños y adolescentes siguen presentando problemas de insomnio, de conducta o enojo, llévalos con un especialista y apóyalos.

Cuando ocurre algún tipo de desastre natural, debes hablarles con honestidad, y es importante que desde pequeños participen en un plan de emergencia y simulacros, así sabrán qué hacer cuando ocurra uno. Si son pequeños, déjalos contribuir en algún centro de acopio con una donación. Si son más grandes, involúcralos en el plan de acción familiar, pues eso también los ayuda a asimilar lo que está pasando.

Lo importante es acompañar a niños tras el sismo, para que recobren su seguridad.