¡Goooya, goooya! Cachún, cachún, ra, ra, cachún, cachún, ra, ra. Goooya… ¡Universidad!

Fueron más de cuatro meses de estar con ellos, más de 17 jornadas de ir de CU a otras ciudades para no dejarlos solos, de rasparse la garganta gritando porras y goyas, de apostar por el triunfo Puma, de desesperarse cuando perdían y enorgullecerse como pavorreales cuando ganaban…

Fueron dos horas finales de tronarse los dedos, morderse las uñas, apretar los puños, repetir y repetir "Dale, dale, dale, oh" para que por fin la afición universitaria enloqueciera y se enronqueciera cuando los goles de Palencia y Cortés le dieron al triunfo al equipo universitario, después de tanto estrés.

“Pumas campéon, Pumas campeón oh, oh, oh”, fue lo que se escuchó en el estadio de Ciudad Universitariaeste domingo enla Final del Torneo de Clausura 2011,una vez queJavier Cortés se convirtió en el héroe de la tarde al anotarel 2-1 que le entregó la séptima estrella al club universitario.

La afición se dejó ir. Porras, gritos, brindis, incluso lágrimas cerraron los 180 minutosde la verdad, losque definieron quién se quedaría con el trofeo y con la admiración de sus seguidores.

Pues sí, los pumas de la Universidad se llevaron el trofeo de campeón del Clausura. Ya después, la ciudad se convirtió en un manicomio lleno de banderas, playeras con el puma dorado en el pecho, espantasuegras, trompetillas, gorras, calles y autobuses llenos de universitarios y universitarios llenos de alcohol…

Qué bueno que ganaron los pumas.

Qué malo cómo quedó la ciudad (Reforma y el Ángel, en particular).

Y si se quieren emocionar más, denle clicaquí.