¿Estás de visita en la Ciudad de México y, aunque hablas español, sientes que necesitas un traductor? ¿Te gustaría comprender mejor los usos y costumbres de tan peculiares especímenes conocidos como chilangos? ¿Deseas saber por qué nadie llega a la hora que acuerda, aprender a diferenciar entre un platillo y un insulto o moverte por la ciudad sin ser presa de los más vergonzosos ridículos?

¿O eres chilango y deseas conocer más sobre tu especie o corroborar qué tanto te identificas con ella?

Pues entonces, ¡el Manual del buen Chilango es para ti!

Desentraña los misterios escondidos en cada trozo de cotidianidad chilanga, siéntete parte de la tribu defeña, muévete como pez en el agua o, mejor aún, ¡como ajolote en el charco!

En el mejor de los casos, este compendio de protocolos de la vida chilanga te servirá para entender mejor el ecosistema de nuestra ciudad capital (que parece que “funciona” de milagro, aunque es un cúmulo de convenciones lo que le permite seguir en marcha).

En el peor de los casos, sólo te parecerá muy cotorro*.

* Cotorro: Según la Real Academia de la Lengua, “Dicho de una cosa bonita, atractiva, interesante.”Según nosotros, quien le entienda a ese término está ruco*

* Ruco: Según la Real Academia de la Lengua, “Viejo”.