Destino: Pedregal. Origen: Colonia Roma.

Sospechaba que no iba a encontrar nada tan fascinante como lo quehabía encontrado en mi recorrido anterior. Ciertos fueron mis temores, aunqueno tan ciertos:

"¿Has oído hablar del ‘Negro’ Durazo? [Respondí que sí, recordandomuchas leyendas espeluznantes del otrora Jefe de la Policía del DistritoFederal] Es que parecesjoven. Fue mi jefe, ‘El Negro’. No tiene que ver propiamente con el taxi, pues,pero pues es lo más, podríamos decir, ‘raro’ que me ha pasado. Anduve como suescolta durante un tiempo, antes de que lo agarrara De la Madrid."

Nuestro chofer quedó callado y no volvió a abrir palabra durante eltranscurso del camino. Dada la fama de su antiguo jefe, decidí no preguntarlemás del caso. No me pareció prudente, aunque antes haya estado atrapado con unneonazi.

33254A veces divertidos, a veces aburridos

A veces divertidos, a veces aburridos (Chilango)

Destino: Coyoacán. Origen: Pedregal.

En el Pedregal es difícil encontrar carros en la calle, hay quecaminar un resto, por lo que decidí variar un poco las formas y llamar a unsitio de taxis. Encontré en la historia una coincidencia maravillosa y extraña:José López Portillo.

Coincidencia porque Jolopo, como le llamaban, había sido elresponsable de llevar al Negro Durazo a la fama. Fue durante su administración que el corruptopolicía adquirió leyenda y puestos de relevancia. La historia que me narraronme llenó de tristeza:

"Pues lo más extraño que me ocurrió fue que terminé siendo amigo deLópez Portillo. [¿En serio? ¿Cómo acabó usted en esas?] Ya no era presidente ni nada. Y trabajamospor acá por el sur, en ese entonces yo estaba en una base que estaba más allá,por el Ajusco, y una noche llamaron para un carro. Me mandaron, porque metocaba la fila, y vi que la dirección era por ahí por la ‘Colina del Perro’ [comole llamaban a la casa del expresidente, a causa de la ya infame declaración deque iba a "defender el peso como un perro]. Total quellegué y toqué el claxon y nada. Y volví a tocar y nada. No salía nadie. Hastaque llegó una señorita, la que hacía ahí el hogar, y me dijo que si por favorpasaba. Yo me saqué de onda, porque sabía que estaba en la casa de LópezPortillo, pero no me asusté ni nada, y pasé. ‘Que si pasa a la sala de juegos’,me dijo la señorita, y la seguí y ahí estaba el señor. Tenía una mesota debillar, le encantaba jugar carambola, y me invitó a jugar. [¿Le cae? ¿Me loestá diciendo en serio?] Sí. Era medio triste, porque luego por lasnoches no encontraba amigos, con las historias que salieron de él. Pero leencantaba el billar y el dominó y luego, si le faltaba alguien para completar,ya me llamaba a mi directamente. Era a toda madre, nos invitaba todo: tragos,botanas, cigarros. Ya después dejó de llamar y yo me cambié de base. [¿Ycuánto tiempo duró eso? ¿Cuánto tiempo fue cuate de López Portillo?] Pues habrán sido unos dos años, año y medio.Pero le digo que dejó de llamar y ya no supe más de él, hasta que se murió".

La "jaula de oro", le llaman algunos a la fama y al poder. Pobre LópezPortillo, que se quedó sin amigos.

Destino: Periférico sur. Origen: Coyoacán.

Finalmente, acabaría la jornada. Ojalá fuera en calma.

"La verdad es que acabo de empezar. Llevo apenas una semana y puestranquilo. Todo normal. [¿Por qué le entró al mundo del taxi?, pregunto,esperando sacar algo de jugo a la situación] Pues es que el negocio sale si uno se va comprando de carro en carro.Estoy joven, pero anduve en los Estados Unidos y ahorré un dinerito. De ahísale".

Continuamos platicando. No me contó nada nuevo, nada tanextraordinario, pero fue una plática amena.

Esas siempre, casi siempre, están aseguradas en los taxis chilangos.