En este libro conocemos a Willo, un niño de quince años que nació en una etapa postapocalíptica, a causa del calentamiento globaal. Los padres de Willo fueron llevados por un camión, por lo que él queda completamente solo, decidido a rescatar a su familia. En su camino se encuentra a Mary, una moribunda niña que perdió también a su familia. Aunque no quiere ni puede hacerse cargo de ella, no puede dejarla. Juntos emprenden un viaje para encontrar a su gente.

Después de la nieve es uno de aquellos best sellers de los que hemos tenido miles: historias de acción con una predecible subtrama amorosa, que en cierto punto hasta se vuelve aburrida.

El ambiente en el que se desarrolla la historia es interesante y crudo. S.D. Crockett nos transporta por un mundo frío y triste donde abundan los cadáveres, el hambre y la miseria. Sin embargo, aunque los personajes sufren, ninguno de ellos parece especialmente agobiado. Ya llevan un buen rato en esa situación.

Willo, el personaje principal, nos guía a través de ese extraño lugar, y nos conmueve con su forma casi ritualista de ver la vida. Hasta en las cosas aparentemente triviales, como el hablar con el espíritu de un perro y los rezos antes de cazar, nos presenta un personaje encantador (sin ser ridículo y cursi), que parece tener un gran respeto o cariño hacia el mundo. Sin embargo, a veces su razonamiento parece el de un niño de doce años, lo cual puede volverse un poco desesperante.

La historia se desarrolla a un ritmo moderadamente lento, en el que, aunque a cada rato pasan cosas o importantes o perturbadoras, nunca se hace gran escándalo por nada. Esto puede ser cansado para algunos, pero en realidad aporta mucho a lograr cierto ambiente de soledad y de vacío.