Como si fuesen pequeños oasis en medio del caos de diablitos y mercancías,y contra todo pronóstico, la huella libanesa aún persiste en algunos puntos de la zona oriente del Centro Histórico.

A principios de siglo XX una gran comunidad libanesa vino a nuestro país al huir de la guerra otomana. La mayoría entró en barco por Veracruz, otros llegaron hasta el Barrio de la Merced, donde establecieron sus hogares y comercios.

Empezaron con tiendas de telas, mercerías, pan y abarrotes, principalmente en las calles de Venustiano Carranza, Jesús María y República del Salvador, aunque poco a poco los comerciantes al hacerse de un patrimonio se mudaron para vivir en otros puntos de la ciudad: la colonia Florida, El Chamizal o Polanco.

Los listones de San Charbel

Junto con la migración libanesa llegó el culto a San Charbel, un monje maronita beatificado en la década de los 70. En Líbano la población es árabe pero ha practicado el cristianismo desde sus inicios, los maronitas son una Orden católica.

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San Charbel

Sobre República de Uruguay 132 se erige la Catedral de Marón o Templo de la Balvanera, iglesia católica donde el santo de origen libanés es ataviado de listones de colores adquiridos en las múltiples mercerías de la misma calle. Las misas para San Charbel se celebran el primer martes de cada mes.

Helús: pan árabe, jocoque y hojas de parra

Entre las coloridas telas de la calle República del Salvador, al fondo de un pasillo del número 175, se encuentra Helús, negocio familiar que inició hace 64 años como panadería. Gracias al consejo del abuelo del señor Ubaldo Helú, quien a su vez aprendió los secretos de la elaboración de pan y comida libanesa de su padre.

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Mientras atiende a la fiel clientela, don Ubaldo nos cuenta: “hace unos treinta años, cuando la Merced todavía era zona habitacional, las familias libanesas mandaban a sus jóvenes a comprar el pan en El Horno del Salvador, así nos conocían”.

Hasta la fecha el pan árabe y los exquisitos pastelitos dulces se elaboran bajo el proceso artesanal. En la tienda se encuentra un pequeño comedor donde se puede saborear a precios accesibles empanadas dulces o saladas, tabule, kepe, jocoque, shawarma, garbanza, tarator. Además ofrecen abarrotes para preparar especialidades árabes: hoja de parra, sémola, aceite de oliva, ajonjolí, falafel en polvo, entre otros.

República del Salvador #157.

Biblos: arquiles y tawlets

Otro local de productos medio orientales se encuentra en el Pasaje Balvanera de la misma calle El Salvador, ahí se puede adquirir desde dulces, semillas botaneras como pistaches, nueces de la India o pepita blanca salada, hasta arquiles (chichas), cafeteras de cobre o peltre para preparar el tradicional café árabe o la tawlet zaher (tabla árabe), un juego estratégico conocido en Occidente como backgammon.

República del Salvador # 152

Café Bagdad: tostado y fuerte

Ineludible el aroma del tostado que invita a pasar a este modesto rincón en la Plaza Aguilita. A pesar de que en la carta no se enlista café árabe o turco, Héctor Iván asegura que todo el proceso de tostado y preparación lo aprendió del antiguo dueño de origen libanés.

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Al Andalius

Son clientes asiduos los vecinos que acuden a jugar dominó por horas. Contrario a lo que podría pensarse, la remodelación de la Plaza hecha en 2009, no ha sido tan positiva para este negocio, sea porque muchos de sus clientes eran puesteros “que el gobierno quitó”.

Mientras cobra los 18 pesos que cuesta el expreso, Iván me cuenta: “antes cada puesto llevaba de 6 a 8 cafés diarios (…) ahora las ventas han bajado hasta un 40 por ciento”, además los señores árabes que solían acudir “ya están muy viejitos”.

Plaza de la Aguilita 4. entre Talavera y Misioneros. L-S de 9 a 19:30 horas

Al Andalus: raíz mediterránea

Ya es uno de los referentes gastronómicos libaneses de la ciudad. Se encuentra justo en la zona de las papeleras de la calle de Mesones, dentro de una antigua casona colonial. Ofrece “manjares árabes caseros”, el platillo más popular es el Plato Libanés una probadita de lo más representativo de su cocina. El pan que acompaña los alimentos es horneado in situ, según pudimos observar gracias a Mohamed Mazeh, chef a cargo.

Con casi 20 años de historia en el Barrio, Al Andalus se ha convertido en un espacio de reunión de hombres y familias que vienen desde otras zonas de la ciudad para encontrar los sabores de sus raíces mediterráneas y medio orientales.

Mesones 171 entre Las Cruces y Jesús María.

El Antiguo Ehdén: amor a la tradición

Entre tiendas de telas y mercerías de la calle Venustiano Carranza se esconde, en la esquina del primer piso, este restaurante del país del cedro fundado hace 83 años por la familia Frangie Harfuch.

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Su decoración más vistosa son los triples arcos apuntados, típicos de Beirut. Chichas y camellos te recibirán en la vitrina del pasillo, una vez adentro su anfitrión Luis Manuel Harfuch hace lo propio. El plato de la casa es la famosa Cazuela Edén, hígados de pollo fritos con aceite de olivo.

El Antiguo Ehdén se encuentra entre las Cruces y Correo Mayor. La otra sede en Gante 11, muy cerca de 16 de Septiembre en el Centro Histórico.

¿Y ustedes, ya han visitado estos sitios?