Y para que nos enteremos de nuestras fechorías, siempre habrá alguien con celular en mano para recordarnos esos acontecimientos por el resto de nuestros días.

Aquí un listado de las peores cosas que hacemos o nos pasan cuando estamos alcoholizados.

1. Te conviertes en Sergio el bailador

Literal. En tu juicio te crees muy hipster y de gustos selectos para la música, pero en cuanto bebes, el Sergio el bailador que llevas dentro sale a flote para atosigar a todas las nenas que se encuentren a tu paso.

2. Le haces llamadas a tu ex

Lo más ridículo que puedes hacer cuando estás ebrio es llamarle a tu ex para lloriquear como un bebé y decirle que la/lo extrañas, que tu vida no es la mima sin él/ella y que en ese momento te darás un tiro si no vuelve contigo. Vamos ya, madura, hace mucho que dejaste atrás la época de la prepa.

3. Terminas con la peor opción de ligue

De todas las opciones atractivas para ligar, tu incapacidad para observar con unas copitas de más te condenó a salir con un prospecto al que no hubieras volteado a ver en tu sano juicio. A ver si con la experiencia ya dejas de resistirte a usar lentes.

4. Regresas el alcohol por donde entró

Porfa, abstente de volverte loc@ y beber como si nunca más fueras a probar una gota de alcohol en tu vida, porque lo más seguro es que termines regresándolo por donde entró. Este sí es un evento desafortunado, por el cual serás recordado hasta el final de tus días. En el futuro no te sorprenda que cuando te inviten a las fiestas, te adviertan a la entrada que está prohibido vomitar.

5. Pagas más de lo justo en la cuenta

Te vieron la cara de ric@, y de briagales. Tan enfiestad@ andabas, que el mesero te echó el ojo para ser el afortunado en pagar los chupes que él y sus camaradas se empinaron. La siguiente ocasión bien te vendría apuntar con rayitas las cervezas que te empujes.

6. Te gastas toda la quincena en copas

Parecido al punto anterior, pero en éste, el que se apunta para darle un bajón a su cuenta de ahorros eres tú. Entonadito te sientes el mejor amigo de todos en la oficina y en tu viaje decides pagar de tu bolsillo la peda completa. Te irás de espaldas cuando al día siguiente encuentres el bauche adornado con muuuuchos ceros. Eso te pasa por buena copa.

7. Olvidas dónde dejaste el coche

Estás hasta las manitas y no recuerdas en cuál calle (con nombre de los niños héroes como en la Condesa) dejaste el coche. ¿Será en Vicente Suárez? ¿Habrá sido en Agustín Melgar… o Juan de la Barrera? Oso, para salir del apuro tendrás que merodear toda la manzana apretando el botón de la alarma. ¡Suerte!

8. Le haces una visita al ‘Torito’

Bueno, si superaste la misión de encontrar tu coche perdido, el siguiente obstáculo en tu camino a casa será esquivar el alcoholímetro. Te auguramos un par de noches largas conociendo a otros irresponsables como tú y sufriendo el dolor de la cruda envuelt@ en el gélido clima decembrino.

9. Ser asaltado

Ya en tu inconciencia ni te enteras con quién estás hablando y menos a quién les estás ‘encargando’ tu celular, tu cartera y tu reloj.

10. Despiertas abandonado en una habitación de hotel

Bueno, para llegar a este punto debiste consumir niveles escandalosos de alcohol. Sólo te queda rezar y pedir que la aventura no termine en maternidad o paternidad, o en una enfermedad venérea.

Y a ustedes ¿qué les ha pasado?