Noche de miércoles. Sales del trabajo con un 50% de ganas de simplemente ir a casa, preparar un té y meterte entre las cobijas. Sin embargo, esta ciudad no deja descansar a nadie y no es cliché, las opciones son tantas que en la mente sólo cabe una frase: ya descansaré cuando me muera.

Algunos miles se fueron al estadio de la UNAM para presenciar cómo Pumas avanzó a cuartos de final de la Concachampions, otros fueron a la exposición de Artemio en el Leonor y otros cientos llenaron el Plaza Condesa para ver a Kinky. Nosotros estuvimos con esta banda regia, famosa por el ambiente de sus conciertos: con ellos saltas porque saltas.

Se trataba de la presentación de su nueva producción Sueño de la máquina; sin embargo, fueron las tonadas conocidas las que detonaron a un público que pedía “Más”, “A dónde van los muertos”, “Inmóvil”, “Perfecta”, “Presidente” e, incluso, esa rola que para siempre nos recordará sandwiches y al Chicharito dominando un balón, “Sister twisted”.

Gil Cerezo, Carlos Chairez, César Pliego, Omar Góngora y Ulises Lozano, como siempre, tuvieron un gran dominio escénico, del que son conscientes. Desde sus looks hasta cada uno de sus movimientos, todo lucía estudiado. Además, los visuales en seis placas verticales sumaron a la fiesta.

Sus rolas se escucharon impecables y eso mantuvo el ambiente que todos imaginábamos desde antes de entrar al concierto. Algo nos dice que por eso esta banda tiene fans tan fieles, porque cuidan practicamente todo y no se salen del guión.

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Desde las luces, todo lucía realmente pensado. (Diego Figueroa)