Un día de junio de 1884, en un edificio del Centro Histórico, un grupo de banqueros se reunió para fundar un nuevo banco que se llamaría Banco Nacional de México —lo que conoc¡mos por mucho tiempo como Banamex—.

Uno de los personajes que acudieron a esa reunión se llamaba Félix de las Cuevas González, pero sus cuates lo conocían solamente como Félix Cuevas. El mismo que fue inmortalizado en una de las avenidas más importantes de la colonia Del Valle y que llegó a México en 1847, cuando tenía 17 años, procedente de su natal Cantabria, España.

Llegó a nuestra ciudad durante la etapa final de la intervención estadounidense, por lo que encontró la oportunidad de usar su habilidad para los números —y para las relaciones públicas— ayudando a las familias pudientes para que administraran sus bienes mientras varios de ellos se iban del país en lo que se arreglaba la situación política.

Eso le ayudó a Felix Cuevas a tener los mejores conectes con el poder y a obtener grandes ganancias económicas, además de acercarse al mundo financiero, fundando el primer banco privado de nuestro país: el Banco de Londres y México.

Ese banco creció y se modificó hasta que se fusionó con otros y creó Banco Nacional de México. Él era dueño de la quinta parte de esa institución financiera.

Pero Félix Cuevas incursionó también en otros negocios, como la minería, área en la que su participación fue muy importantes en Mineral del Monte, Hidalgo, donde se encontraba una de las empresas más importantes de ese sector; también invirtió en bienes raíces, dirigió Ferrocarriles Nacionales de México —mucho antes de que los nacionalizaran— y fundó la Cámara Española de Comercio de México con el fin de impulsar el intercambio comercial entre ambos países.

Todo esto lo llevó a estar muy cerca del poder, situación que no sólo aprovechó para hacer negocios, sino también para ayudar.

Filántropo

Aunque nunca quiso que se supiera, Félix Cuevas era un importante donador de la Sociedad de Beneficencia Española de México, una institución creada a finales del siglo 19 para apoyar a los migrantes españoles en el país que requerían ayuda humanitaria para sobrevivir a las recurrentes crisis o hasta para regresar a Europa.

Varios miembros de la Beneficencia Española se juntaron después para crear, en 1863, el Casino Español de México, con el fin de tener un lugar para difundir las relaciones entre México y España, después de que estos últimos reconocieran la independencia de su excolonia.

Aunque tenía una vida social muy activa, nunca se casó y, de hecho, se retiró de la vida pública varios años antes de morir, víctima de la hipertrofia progresiva que padecía, en abril de 1918.

Varios años después se supo que, tras su muerte, heredó su fortuna para crear la Fundación Félix Cuevas cuyo objetivo era ayudar a huérfanos, personas sin hogar y otras causas nobles. La sede se encuentra en unos terrenos que fueron adquiridos por él en la colonia Doctores, en la calle de Doctor Navarro, en la misma manzana donde actualmente hay un campus de la Universidad de Londres.

La calle y el Metrobús

La colonia Del Valle se construyó entre 1908 y 1920, y en su trazo se estableció que varias calles tendrían el nombre de importantes filántropos, como Ángel Urraza, Luz Saviñón y Félix Cuevas. Asimismo, una de las paradas de la línea 1 del Metrobús, inaugurada en 2005 y que corre por Insurgentes, lleva su nombre.

Ahora ya sabes en honor a quién se bautizó este importante eje vial que corre de Universidad a a Insurgentes, al sur de la Ciudad de México.