Aunque se le han dado sus actualizadas, en el Metro todavía prevalecen algunas estaciones cuyos nombres y símbolos hacen referencia a algún sitio que ya no existe. Demos un recorrido por cuatro de ellas.

Cuatro Caminos

El símbolo de esta estación, que es conocida por muchos simplemente como “Metro Toreo” -así suelen decir los letreros de los camiones, micros y combis-, es el antiguo Toreo de Cuatro Caminos, el cual fue demolido en 2008 para construir en ese lugar el centro comercial Toreo Parque Central.

La plaza de toros del Toreo, que servía también para todo tipo de espectáculos, como conciertos y funciones de lucha libre (ahí se retiró el legendario Santo), fue inicialmente construida en la colonia Condesa en 1907, justo en el lugar donde hoy se encuentra la tienda El Palacio de Hierro.

En 1946, se decidió piedra por piedra a Cuatro Caminos, justo en el límite del Estado de México con el entonces Distrito Federal. A finales de los años 60, se decidió colocarle un techo, por lo que iniciaron la constricción de una gran estructura metálica en forma de domo; sin embargo, el techo no se le colocó hasta por ahí de 1985.

Así que, cuando esta estación fue inaugurada como parte de la ampliación de la Línea 2 del Metro, en 1984, el símbolo se diseñó tomando la imagen del Toreo con el domo todavía sin cubrir y luciendo su estructura metálica de triángulos.

Hoy, el Toreo de Cuatro Caminos ya no existe, pero sigue siendo el símbolo de esta que es una de las terminales más importantes del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México.

Refinería

Sí, en mero Azcapotzalco, en pleno corazón de la Ciudad de México, había una refinería.

En los terrenos donde hoy se encuentra el Parque Bicentenario, entre 1933 y 1991 hubo grandes tanques llenos de productos derivados de petróleo, chimeneas y ductos, además de grandes llamaradas y bocanadas de humo que le llegaron a meterle algunos sustos a los vecinos.

Originalmente propiedad de la compañía petrolera El Águila, y nacionalizada (junto con todo el petróleo) por Lázaro Cárdenas en 1938, en la Refinería 18 de marzo se refinaban hasta 7,500 barriles del petróleo y se producía gasolina, turbosina, keroseno y gas LP, además de que en su interior vivían y trabajaban varios cientos de personas.

Aunque originalmente estaba a las afueras de la capital, poco a poco se fueron poblando sus alrededores, quedando prácticamente en medio de la mancha metropolitana. Así, en 1991, cuando en la Ciudad de México se empezaron a tomar medidas drásticas para combatir la contaminación (fue cuando, por ejemplo, se instituyó oficialmente el Hoy No Circula), el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari anunció el cierre definitivo de esta refinería que ocupaba más de 170 hectáreas.

Por eso la estación de Metro inaugurada en 1988 y que estaba a varios metro de la entrada principal, lleva el nombre de Refinería.

Colegio Militar

La estación Colegio Militar, inaugurada en 1970 en el rumbo de Popotla, lleva ese nombre porque, efectivamente, ahí se encontraba la sede de esta institución educativa que prepara a los militares del país.

Originalmente, ahí se construyó una escuela para formar maestros, la cual se inauguró en 1910 como parte del centenario de la Independencia; sin embargo, la Revolución provocó que se acabara el presupuesto para operarla y cerró sus puertas, por lo que las instalaciones pasaron a manos de la entonces Secretaría de Guerra y Marina.

Así, en 1920, Venustiano Carranza inauguró ahí (poco antes de morir) la nueva sede del Colegio Militar, el cual permaneció en funciones hasta 1976, cuando se mudó a sus actuales instalaciones de Tlalpan, allá por la salida a Cuernavaca.

Después de ser usado como un gran deportivo cuando el presidente José López Portillo creó el Instituto Nacional del Deporte (el cual nació con bombo y platillo en 1976 y murió tristemente en 1981), hoy es sede del Colegio de Defensa Nacional, la Dirección General de Educación Militar y la Rectoría de la Escuela Militar de Ingenieros.

Observatorio

El símbolo de esta estación es un domo entreabierto del cual se asoma la parte frontal de un telescopio, es decir, la representación clásica de un observatorio. Y es que muy cerca de esa estación, en el corazón de Tacubaya, se situó durante varios años el Observatorio Astronómico Nacional.

Inicialmente instalado en 1867 en la azotea del Palacio Nacional y trasladado en 1878 al Castillo de Chapultepec, el observatorio tuvo que moverse a un lugar menos poblado en 1908 para poder continuar con sus trabajos, por lo que se llevó hasta las altas y lejanas tierras de Tacubaya.

Así, en la azotea del Palacio del Arzobispado de Tacubaya se colocaron cuatro domos dentro de los cuales había diversos instrumentos para observar las estrellas.

Un poco más tarde, el crecimiento de la ciudad nuevamente hizo que esas instalaciones ya no se pudieran usar, por lo que, en 1942, el Observatorio Astronómico se trasladó a Tonantzintla, Puebla. El edificio del antiguo observatorio de Tacubaya permaneció ahí hasta 1963, cuando fue demolido para construir la Escuela Nacional Preparatoria 4 y, junto, quedó el Servicio Meteorológico Nacional.

La avenida cercana a donde se construyó en 1972 la estación del Metro de la Línea 1 llevaba el nombre de Observatorio, por lo que se bautizó así, y el símbolo que se diseñó fue un homenaje a los domos que se ubicaron en ese lugar varios años atrás.