Aunque ya me había encontrado antes a diversas celebridades (como la vez que tuve una cita con Martha Higareda o cuando entrevisté a León Larregui), quiero decirles que esta experiencia tampoco fue tan especial ni diferente…, pero de cualquier manera sabía que era mi deber como ciudadano informarles lo que sucedió ese día.

Así fue como sucedieron las cosas:

Como es costumbre, me encontraba en algún Starbucks del mundo, escribiendo mi nueva columna para Chilango.com; de repente, escuché al unísono el sonido de varios claxons pitar enardecidos. Lo que al principio parecía una emergencia resultó ser una un Jetta último modelo parado en doble fila que detenía todo el tránsito de la avenida. Quadri descendió de él usando un bigote falso, sobre su característico bigote espeso; lo hizo solamente para pasarse al asiento de conductor de una combi azul que había estado estacionada desde hacía horas en el lugar para discapacitados.

Aproximadamente cinco segundos después de haberse subido y abrochado el cinturón de seguridad, Quadri descendió de la combi que había permanecido inmovil. El candidato estaba usando unos dockers caqui y unos converse Chuck Taylor, inmediatamente después prendió un cigarro y lo apagó en la ventanilla de un Tsuru blanco que estaba estacionado también en el lugar de minusválidos.

Sin más, se dirigó a la entrada del Starbucks. Ya dentro, había una fila de unas 7 personas esperando para ordenar. De un solo brinco, Quadri se pasó hasta adelante de la fila, argumentando que podía morir en cualquier momento. Ya al frente, se quedó mirando fijamente como por diez minutos el menú de Starbucks; finalmente resolvió a pedir “agua” y un poco de “hierba”.

Cuando el barista tomó un vaso de agua, lo llenó con hielos yle preguntó si prefería Smart Water o Bonafont, él le dijo “namasté” y procedió a pedir un Té Chai.

Mientras esperaba su órden, el tipo de al lado pedía un Venti Soya Latte deslactosado, explicando que era intolerante a la lactosa. Cuando Quadri escuchó esto, le ofreció 200 pesos para que le pusiera leche entera al café, a lo que el barista se negó rotundamente.Quadri lo empujó y se pasó al otro lado de la barra, tomó un litro de leche entera Member’s Mark y se lo sirvió a la bebida.

“Esta te la paga el Estado Mayor Presidencial”, dijo el “político/ciudadano” y se la aventó al cliente.

Después atendió a una señora que le pidió un “Americano Extra Hot”, Quadri tomó agua de la llave y le vertió un sobre de Nescafé soluble que sacó de su bolsa y le dijo: “que te lo caliente el sol”.

Después entregó un folleto a cada una de las personas de la fila, en ellos explicaba la importancia de la energía solar.

Mientras, al otro lado, otro barista entregaba un Panini de Pollo, Quadri se lo arrebató y le dijo: “Viva México” y le dio una enorme mordida al emparedado. Segundos después se tiró al suelo llevándose las manos al cuello y fingiendo una intoxicación, en lo que yo llamaría “la peor actuación que he visto en mi vida”.

46739El gran libro de la comida vegetariana.

El gran libro de la comida vegetariana. (Especial)

Dos minutos más tarde se levantó y le gritó a todo el lugar “Esta fue una lección gratis sobre el vegetarianismo, de parte del Sindicato de Maestros”. Justo después pasó a las mesas e intentó quitarnos $40 pesos a cada uno a cambio de su libro con recetas de cocina vegetariana.

Quadri buscaba una mesa que estuviera vacía en todo el Starbucks, lo que parecía imposible. Entonces notó a un grupo de cuatro mujeres, se acercó y les dijo “Las mujeres deben de tomar su café en su casa”, tomó todos los platos de la mesa y los echó en un bote de basura que decía “sólo basura orgánica”.

Después tomó todos los periódicos que había en el stand y se sentó en la mesa del grupo de mujeres, ahora vacía.

Mientras modificaba una por una las encuestas de cada uno de los periódicos con un plumón de aceite, empezó a sonar su celular “¿Julia?¿Julia Orayen?, ¿cómo estás, mi amor?”. Hablaba al teléfono mientras volteaba a todos lados.Ninguno de los clientes se inmutó por la llamada, por lo que éllevantó la voz casi gritando: “Casi no te escucho, bebé. Es Julia Orayen, la modelo del debate”, le dijo al de al lado.

Continuó cinco minutos así.

Por fin colgó.

Después exigió hablar con el gerente del lugar, a lo que amablemente “Delia”, la gerente en turno, accedió. Quadri le devolvió el café, que ya estaba a la mitad, y le exigió su dinero de vuelta argumentando que México era un país autosuficiente y debíamos disminuir las importaciones de café.Cuando la barista le explicó que el café procedía de Chiapas, Quadri la tomó del cuello y la llevó hasta el estacionamiento donde la encerró en su combi y gritó: “un voto menos para el peje”.

Minutos después entró de nuevo al café, tomó el frasco de propinas y les dijo “Este no es el cambio verdadero”. Inmediatamente salió corriendo del lugar, se subió a su combi y arrancó lo más rápido que pudo hasta perderse en el tráfico.

Como les dije al principio, no fue nada del otro mundo conocer a un candidato presidencial; sin embargo, es importante mantenerse informado para emitir un voto consciente.

Espero haberlos informado.