Esta leyenda tiene una ligera variación que no es de mucha importancia. Algunos dicen que el callejón del diablo está en el centro de la ciudad, otros que está ubicado entre el Colegio Simón Bolívar y la Universidad del mismo nombre. La verdad no importa, porque la historia es la misma.

Antes de ser el pequeño callejón que es hoy, durante la época colonial era un pasadizo rodeado de árboles y nadie se atrevía a pasar por ahí, ya que decían que aparecía el diablo. Pero como siempre, no faltó el que se creyó muy acá y quiso comprobar que la historia era falsa. Así, una noche recorrió el callejón y cuando iba por la mitad notó una sombra negra que parecía un hombre que estaba recargado en el árbol. Mientras más se acercaba, más miedo sentía. Hasta que estuvo a unos cuantos metros de la sombra, empezó a escuchar risas macabras y descubrió que aquella sombra no era de un hombre, sino de una figura diabólica. Dicen que empezó a sentir que la tierra se abría a sus pies. El valiente caballero se echó a correr por su vida y muchos afirman que se salvó de entrar a las fauces del infierno.

Otra de las leyendas de aquél callejón, es que un sujeto apodado “El Julio”, un criminal y vicioso fue brutalmente mutilado por castigo del diablo.