En las últimas semanas se han dado a conocer diversos casos de chicas que han sufrido acoso y violencia sexual, pero lejos de ser apoyadas, mucha gente, incluidas otras mujeres, las ven como las responsables de lo que sufrieron. Aquí, la reflexión.

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Cuando cuentas que te metieron mano en la calle o cuando platicas que un tipo se te arrimó en el Metro, ¿Qué es lo primero que te dicen? “Ay, hija, cuídate, es que andas bien zancona y ya sabes cómo son los hombres”. Justo, ésta fue la primera impresión que me dio mi abuela al contarle lo que me pasó: un sujeto con el pene expuesto venía grabándome bajo la falda en el transporte público que tomo para ir a la universidad.

Y, bueno, ésa fue la respuesta más light que me dieron a raíz de que hice público mi caso, al encarar al sujeto y, además, denunciarlo ante las autoridades. Después de eso, una infinidad de comentarios y mensajes llegaron a mi Facebook: “por zorra”, “puta”, “seguro sólo quieres fama”, “esta morra sólo quiere una diputación”, “argüendera”, “pasan cosas peores”. Y en efecto, se cometen delitos mucho más graves como violaciones y feminicidios. Pero yo les pregunto: ¿Hay que esperarnos a que me violen o me maten para que mi situación deje de ser mero argüende?

“¿Hay que esperarnos a que me violen o me maten para que mi situación deje de ser meroargüende?”

“Ya sabes cómo son los hombres”, “es que seguro andabas distraída”, “ve la falda tan corta que traes”… ¿Por qué excusamos el acoso y hasta responsabilizamos a las propias chicas de haberlo provocado? Minimizamos esta grave situación y muchos no lo conciben como delito (porque sí lo es) gracias a que esto se ve como algo “normal”. Con ello, solapamos una situación que nos afecta no sólo a las mujeres, pero evidentemente los delitos de connotación sexual afectan en su mayoría a este género.

“Yo me atreví a denunciar…”

En las últimas semanas se han hecho públicos diversos casos sobre agresiones sexuales hacia mujeres en nuestro país: el caso Daphne en Veracruz, víctima de “Los Porkys”; oAndrea Noel, periodista a la que le levantaron la falda y le bajaron la ropa interior mientras caminaba en La Condesa; o el de Ninde, quien denunció en Twitter que un sujeto eyaculó en su pantalón dentro del Metro. ¿Cuál fue la reacción de mucha gente que leyó y vio las notas? Dudas, cuestionamientos, burlas, más agresiones, más acoso, más violencia.

Yo me atreví a denunciar. Mentiría si les dijera que llevar un proceso de este tipo es fácil. Además de la agresión y la reacción de la gente, hay que soportar la parte legal, donde hay muchas trabas. Desde la falta de tacto de los funcionarios que te tratan no como persona, sino como la prueba del delito. Incluso, te hacen pruebas psicológicas para saber si no estás mintiendo. Lo peor es saber que el acoso es un delito menor, por lo tanto, en primera instancia debes llegar a un acuerdo con tu agresor para una indemnización con todo lo que esto conlleva, es decir, te va a pagar y saldrá a la calle otra vez para seguir acosando y violentando a más mujeres.

¿Ven? No es nada fácil. Mi caso me ha hecho ver que el problema trasciende más allá de si se denuncia o no. Esta grave situación es responsabilidad de todos, causada por todos, no sólo por hombres, las mujeres también hemos alimentado este gran monstruo de violencia sexual. ¿De qué forma? Al no apoyarnos, al amedrentarnos, al minimizar o incluso criticar lo que le pasa al otro. Al callar, nos volvemos cómplices.

“Lamentablemente, y por experiencia propia, puedo decir que estecáncer socialno se dimensiona hasta que se vive”.

Lamentablemente, y por experiencia propia, puedo decir que este cáncer social no se dimensiona hasta que se vive. Podemos empezar por ahí. ¿Por qué abrir los ojos después de que te pasó a ti o a una persona cercana? Tenemos la oportunidad de actuar ahora, después puede ser demasiado tarde.

La denuncia es muy importante, siempre nos quejamos de que las autoridades no hacen su trabajo. Si sufrimos cualquier tipo de violencia o acoso sexual tenemos que denunciar, hacer nuestra parte y exigir directamente a los responsables un trato humano, profesional; así debería ser en cualquier delito: atendido, juzgado y sancionado.

Invito a denunciar, a alzar la voz, a dejar la vergüenza y los prejuicios a un lado, a exigir que se respeten nuestros derechos, a que las autoridades hagan su parte para que todos estos casos no queden impunes, y no, no estoy pidiendo más de lo que es justo para mí y para todas.

No estamos solas:hay personas que siempre estarán dispuestas a apoyarnos, organizaciones, abogados, medios, conocidos, desconocidos y todos siempre dispuestos a ayudarnos.

#NoTeCalles

*Es estudiante del octavo semestre de Comunicación en la FES Acatlán. Se atrevió a denunciar el acoso sexual del que fue víctima. Ha recibido apoyo de la gente pero, también, amenazas.

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