Después de la ‘spotiza’ que nos pusieron y de que la ciudad quedara tapizada de carteles, por fin llegan las elecciones de este 7 de junio. ¿Por qué demonios tendríamos que salir de casa para votar por delegados y asambleístas?

El abstencionismo es uno de los principales ganadores en cualquier contienda electoral. Está comprobado históricamente. En la elección presidencial de 2006, por ejemplo, la del famoso 0.56%, Felipe Calderón y López Obrador fueron vencidos por el abstencionismo.

Las mismas autoridades electorales del Distrito Federal han destacado que entre los chilangos existe desencanto y apatía, por lo que han estimado que el próximo 7 de junio el abstencionismo podría estar por arriba del 50 por ciento, como un eco a diversas iniciativas que están surgiendo para no votar o anular el sufragio.

Pero vámonos despacio: tal vez te preguntes para qué nos sirve elegir a 66 asambleístas y 16 delegados en el DF. Y de qué manera nos representarán y, esencialmente, qué es lo que harán.

La publicidad oficial, la del Instituto Nacional Electoral (INE), suele atormentarnos con la cantaleta de que no dejemos que unos cuantos decidan quiénes serán nuestros nuevos gobernantes, que tomemos la responsabilidad en nuestras manos y otras cosas por el estilo.

Los candidatos, por su parte, atiborran de spots y carteles las calles de la ciudad. Y lugar donde se aparecen, lugar donde sueltan sus promesas de campaña. Pero muy pocos saben qué es lo que hacen quienes se encargarán de tomar las decisiones que, para bien o para mal, incidirán directamente en beneficio o perjuicio de todos los chilangos en los próximos tres años.

Los también llamados diputados locales, es decir los asambleístas, deben dictaminar leyes y analizar iniciativas en favor de todos los ciudadanos que viven en la Ciudad de México desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Son 66: 34 del Partido de la Revolución Democrática, 13 del Partido Acción Nacional, 9 del Partido Revolucionario Institucional, tres de Movimiento Ciudadano, tres del Partido del Trabajo, dos del Verde Ecologista, uno de Nueva Alianza y uno independiente.

Como te darás cuenta, la Asamblea está dominada actualmente por los perredistas, aunque en esta elección se podría dividir, pues con la entrada de Morena a la arena electoral (partido creado por Andrés Manuel López Obrador, ex perredista, ex jefe de gobierno de la Ciudad y dos veces candidato presidencial) podría dar batalla y dividir el voto entre los chilangos.

¿Adiós DF, hola Ciudad de México?

Los nuevos legisladores chilangos, que entrarán en funciones en octubre próximo, tendrán que darle forma –entre otros retos– al probable cambio de estatus del Distrito Federal: sería considerado como otra entidad federativa. Sí, así como lo estás leyendo. En abril pasado, la Cámara de Senadores aprobó por mayoría que la Ciudad de México se convierta en una entidad, para que goce de mayor autonomía en sus decisiones políticas y administrativas.

Entre las modificaciones que quedaron establecidas en la minuta (actualmente en la Cámara de Diputados para su revisión) destacan que de aprobarse la reforma en ambas cámaras –y por los congresos estatales–, el Distrito Federal adoptaría como nombre oficial el de Ciudad de México. Y mantendría su condición de capital del país y sede de los poderes de la Unión.

Además, la Ciudad de México tendría ya un rango de entidad federativa, y su Congreso local podría iniciar leyes o decretos ante el Congreso de la Unión y participar en las reformas y adiciones a la Constitución nacional, y adoptaría su propia constitución.

Otro de los puntos a destacar en este cambio, que lleva años sin caminar, es que se establecería una asamblea constituyente, independiente de la ALDF, que se encargaría de la elaboración, discusión y aprobación de una constitución local y estaría integrada por 100 miembros, 60 de ellos electos en comicios organizados por el INE para el primer domingo de junio de 2016, mientras que los 40 restantes serían designados por senadores, diputados, el jefe de gobierno y el presidente de la República.

En cuanto a las 16 delegaciones, se convertirían en demarcaciones territoriales, también llamadas alcaldías, y serían gobernadas por un concejo integrado por el alcalde y el número de concejales que establezca la constitución local, que se prevé que sea de entre 10 a 15 miembros en proporción al número de habitantes de cada una de las localidades.

Además estas nuevas demarcaciones chilangas accederían a los recursos de los fondos y ramos federales, al mismo tiempo que tendrían autonomía de gestión presupuestal tal y como lo hacen actualmente los demás estados del país.

La Ciudad de México también tendrá la libertad para establecer su techo de deuda, pues actualmente la Cámara de Diputados es la que autoriza este monto, la rendición de informes y la fiscalización de su ejercicio.

Así que los nuevos 66 asambleístas tendrán que ponerse las pilas para sacar adelante, los temas pendientes, pero principalmente para echar a andar un reto que significaría un cambio radical para lo que será la Ciudad de México.

Recuérdalo: antes de que te sientes a disfrutar del México-Brasil, llévate a todos tus cuates las urnas para que emitan su voto, sinónimo de responsabilidad ciudadana.

*Tania Soto Ceja es editora adjunta en CNNMexico.com, le gustan los temas de política y derechos humanos. Disfruta la adrenalina que día a día se vive en el periodismo. Ama su profesión, su familia y también a su perrihijo Rintintin.

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