Síndrome de Cotard: muertos viventes

Este síndrome, del cual se han presentado muy pocos casos en la historia, es lo más parecido que existe a ser un zombie. Las personas que lo padecen juran que están muertas. Algunas de ellas incluso sienten gusanos comiéndoles el cuerpo, o perciben olores de que se están pudriendo. Lo peligroso de esto es que como ya no están vivos- según ellos-, sienten que ya nada les puede pasar, por lo que dejan de comer, o intentan suicidarse o practicar actividades de alto riesgo, convencidas de que no les va a pasar nada.

Síndrome de Stendhal: enamórate de un cuadro

Amantes de los museos, cuidado: esto puede ocurrir cuando una persona es expuesta a una gran cantidad de manifestaciones artísitcas bellas en muy poco tiempo. Suena raro que esto sea un desorden, ya que a todos nos gustan las cosas bonitas, ¿no? Sin embargo las personas que tienen este síndrome llevan su gusto a otro nivel: al ver algo bonito se marean, sienten mariposas en el estómago, e incluso alucinaciones. Prácticamente, este desorden te hace sentir lo mismo que cuando veías a tu amor de la pubertad, pero de forma exagerada.

Síndrome del acento extranjero

Juraríamos que Paulina Rubio tiene un severo caso de este desorden. Se trata de hablar tu idioma natal, pero en un acento ajeno. Sí, hay mucha gente que lo hace para farolear, y no por eso están mal de la cabeza, lo sabemos. Los que padecen de este desorden empezaron a hablar así a raíz de un accidente o un golpe en la cabeza. Así que si por alguna razón les da por fingir que son franceses, estadounidenses, o de cualquier otra nacionalidad que requiera que hagan un acentito, siempre podrán justificarse con esta condición si alguna vez los cachan.

Síndrome de Capgras: delirio del doble

Esta es una de las cosas más paranoicas que hemos escuchado: pensar que una persona conocida ha sido cambiada por otra idéntica. Se cree que sucede por una desconexión de la memoria afectiva y el reconocimento visual. Nos suena mucho a historias de conspiraciones, estafas, y esa clase de cosas que definitivamente no le pasan al chilango promedio. Sin embargo, es una situación que se presta a debrayes muy extensos y probablemente interesantes.

Síndrome de Frégoli

Este desorden nos podría dar material suficiente para hacer un buen thriller. Las personas que lo padecen piensan que diferentes personas son en realidad una misma que cambia de apariencia, o que está disfrazada. Si esto fuera cierto, imagínense el genio que sería el disfrazado para lograr hacerse tantas transformaciones. Pero lo más interesante ocurre cuando nos ponemos del lado del paciente: ¿cómo trataríamos a la gente si pensaramos que sólo se trata de una persona que por alguna razón nos está siguiendo o acosando?

Paramnesia reduplicativa

Las personas que padecen esto piensan que algún lugar existe símultaneamente en dos espacios, o bien, que un lugar fue reubicado. La mayoría de los casos que se han presentado han sido en personas que están hospitalizadas pero juran que el lugar donde están es en realidad su casa, su pueblo, o incluso otro hospital. Algunos pacientes después de haber pasado un tiempo en un hospital dicen que fueron transferidos a otro. Al preguntarles porqué entonces están los mismos doctores, su respuesta es simple: trabajan en los dos.

Desrealización

Los que sufren de esto, piensan que el mundo que los rodea no es real, o lo perciben siempre de manera muy extraña. Los sentidos se alteran de tal forma que notan olores raros, cambios en los tamaños de las cosas -por ejemplo, de los edificios- e incluso llegan a tener la sensación de que las personas no son reales, o que son máquinas. Estas personas pueden experimentar mucho el dèja vu, por lo que empiezan a ver la vida con una extrañeza que les hace cuestionar lo que es real.

Psicósis por windigo

Esto no sólo es loco, sino algo escalofriante. Las personas que padecen esto -muy pocas, por suerte- se sienten asqueadas por la comida normal, y empiezan a sentir muchas ganas de comer carne humana, al mismo tiempo que les empieza a surgir el miedo a convertirse en caníbales. Está muy tétrico el asunto, ¿no? El “windigo” viene de Wendigo, un espíritu mitológico de varias tribus de América (en México estaban en Coahuila), que para sobrevivir al invierno poseía a la gente y la hacía comer humanos.

Desorden de identidad de la integridad corporal

Nos imaginamos que esta condición ha de causar unas ansias impresionantes. Las personas que la padecen tienen unas ganas terribles de amputarse alguna parte del cuerpo, aun cuando estén sanos. Otros desean estar ciegos, sordos, mudos o parapléjicos. Como muy pocos médicos se prestan a quitar partes del cuerpo cuando no hace falta, estos individuos se lastiman a propósito, de modo que a los doctores no les queda de otra más que amputar la parte herida. ¡Ouch!

Síndrome de la mano extraña

En inglés se le conoce como el síndrome de la mano alienígena. Las personas que lo tienen piensan que no tienen control de su mano, por lo que ésta adquiere algo muy parecido a voluntad propia. Lo malo ocurre cuando la mano alien quiere algo diferente a lo que el resto del cuerpo hace. Por ejemplo, puede ser que el paciente prenda un cigarro, y que la mano extraterrestre intente apagarlo. No es el síndrome más loco, pero definitivamente, uno muy molesto.