Era una vitrina adornada de varios relojes con dos características básicas: una bandera y un nombre. ¿Quiénes eran los personajes celebrados? Clientes que habían gastado (según el camarógrafo) al menos 2 millones de dólares en la tienda.

La polémica se desató cuando el informante improvisado filmó algunos de los nombres enlistados bajo la bandera mexicana: Cristian Castro, Carlos Slim Helú, Roberto González Barrera, Miguel Alemán Velasco, Carlos Hank Rhon, Carlos Peralta Quintero, Jaime Camil, Alejandro Fernández… y Enrique Peña Nieto.

La comunidad cibernética no perdonó al gobernador mexiquense, por sobre todos los demás. Pronto salió un comunicado por parte de Peña Nieto que leía:

Elgobierno del Estado de Méxicodesmiente categóricamente lasversiones difundidas por algunos medios de comunicación en el sentidode que el gobernadorEnrique Peña Nietoes ‘cliente frecuente’ de latienda de ropa Bijan de la ciudad de Los Angeles, California, EstadosUnidos de América. Más aún: ni siquiera conoce el establecimientoreferido”.

A su vez, la tienda de ropa dejó en claro que era falso de toda falsedad que el priísta fuera cliente asiduo, que nunca había pisado el establecimiento de Rodeo Drive y que " la ventana con los relojes ylos nombres es un ´saludo´ al buen gusto, estilo y poder de loshombres, es solamente para mostrar respeto y honor para ciertoscaballeros alrededor del mundo”. A saber.

El asunto es que todos hablan de Peña Nieto y el escándalo y pocos hablan del diseñador e imperio modístico que implica Bijan, cuyos clientes confirmados incluyen a George Bush, el Príncipe Carlos, Arnold Schwarzenegger y Tom Cruise.

Nacido en Irán, viajó a Los Ángeles en 1975 y decidió comenzar con una línea de perfumes. Una vez que sus botellas alcanzaron precios exorbitantes ($3,000 por unidad), armó sus primeros trajes en un pequeño local de Beverly Hills que albergaría "la tienda más cara del mundo".

Cita de por medio, los hombres más poderosos del mundo usaban los trajes de Bijan con orgullo y opulencia, amarrando la reputación del modista como el responsable de la imagen de la crema de la crema del jetset mundial.

Pasaron así los años, hasta que Bijan sufrió una embolia y murió a principios de 2011, a la edad de 67 años. En su funeral, miles de líderes mundiales (Miguel Alemán incluido) asisteron a los entierros, recalcando el sentido del humor y la elegancia de uno de los diseñadores de moda más poderosos del mundo.

O el más.