Curiosidades de la Basílica de Guadalupe

Uno de los lugares más visitados del DF

Foto: Cuartoscuro

Uno de los lugares más visitados de la Ciudad de México es la Basílica de Guadalupe; de hecho, el DF es uno de los destinos de turismo religioso más importantes del mundo gracias a ella.

La Villa, al pie del cerro del Tepeyac, en la Delegación Gustavo A. Madero, ha sido la sede de dos basílicas (la “antigua” y la “nueva”) y desde hace unos años se ha tratado de facilitar el acceso a los millones de visitantes que llegan desde todas partes de México y el mundo, especialmente durante las fechas cercanas al 12 de diciembre.

Aquí van algunos datos interesantes de éste que es uno de los puntos más importantes de la Ciudad de México, independientemente de la religión.

La más visitada

La Basílica de Guadalupe es uno de los templos religiosos más visitados del mundo, ya que se calcula que cada año lo vistan entre 17 y 20 millones de personas.

Comparado con otros sitios religiosos del mundo, La Villa no tiene rival; por ejemplo, La Meca, en Arabia Saudita, recibe entre 13 y 15 millones de personas anualmente, mientras que a la Basílica de San Pedro, en El Vaticano, llegan unos 6 millones; y el santuario de la Virgen de Fátima, en Portugal, es visitado por poco más de 7 millones de turistas cada año.

Otro dato que puede servir para entender la dimensión de la cantidad de personas que llegan la Basílica de Guadalupe cada año es que su número de visitantes es similar al de la población de países como Chile, Holanda o Australia y el doble de la de Portugal.

De acuerdo con reportes del Gobierno del DF, solamente entre el 11 y 12 de diciembre de cada año, llegan a La Villa y sus inmediaciones entre 6 y 7 millones de personas.

La Villa

El primer templo que se construyó en el lugar data de 1649 (aunque la imagen de la Virgen de Guadalupe llegó hasta 1695), pero la que hoy es conocida como “la antigua basílica” fue inaugurada en 1709.

Tras varias remodelaciones ese templo resultó insuficiente, por lo que se construyó la “nueva Basílica”, la cual se inauguró en 1976 y fue un proyecto que estuvo a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, el mismo que creó otros edificios icónicos de la Ciudad de México como el Estadio Azteca o el Museo Nacional de Antropología.

El terreno que ocupan ambas basílicas y el atrio mide casi el doble que la Plaza de la Constitución, y al interior del santuario nuevo, que tiene forma circular para que la imagen de la Virgen de Guadalupe pueda verse desde cualquier ángulo (inclusive sin necesidad de entrar a él), caben hasta unas 10 mil personas, misma capacidad que tiene el Auditorio Nacional.

En ese mismo lugar, ubicado al pie del cerro del Tepeyac, durante la época prehispánica se encontraba el sitio donde se adoraba a Tonantzin (“nuestra madre” en náhuatl), una de las deidades femeninas más importantes de esa cultura, por lo que algunos historiadores afirman que los españoles aprovecharon esa creencia para poder introducir la adoración a la Virgen de Guadalupe en los indígenas.

Incidentes

En noviembre de 1921, durante la Guerra Cristera, alguien logró colocar justo frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe (que todavía se encontraba en la “basílica antigua”) una bomba oculta dentro de un ramo de flores.

El artefacto explotó, pero el cuadro con el ayate, que todavía no tenía cristal y estaba colocado a poca altura del suelo, resultó intacto; lo único que se dañó fue un crucifijo que se dobló tras la explosión y que todavía se exhibe en La Villa.

Años después se vivió un capítulo dantesco cuando el 19 de noviembre de 1984 se registró una enorme explosión en las instalaciones de Pemex en San Juan Ixhuatepec (muy cerca de La Villa) que dejó alrededor de 600 personas muertas y 2 mil heridos, por lo que la “antigua basílica” fue acondicionada como albergue para los damnificados que perdieron su hogar en el siniestro.

El atrio también sirvió de centro de acopio de los víveres recolectados a partir de las donaciones de la población, lo que transformó por completo las actividades cotidianas de ese centro religioso durante varios días.

Sólo un Papa

Aunque es uno de los lugares más significativos para la religión católica a nivel mundial, la Basílica de Guadalupe sólo ha sido visitada por un Papa durante sus tres siglos de existencia.

Juan Pablo II es el único pontífice que ha llegado este lugar, el cual visitó cuatro de las cinco veces que pisó suelo mexicano: en 1979, 1990, 1999 y 2002.

El otro Papa que visitó México, Benedicto XVI, no llegó a la Basílica, ya que todas sus actividades se llevaron a cabo en Guanajuato.

El Carillón

Justamente durante la visita de Juan Pablo II en 1990, fue inaugurado un campanario que se encuentra en uno de los extremos del atrio. Tiene 48 campanas (19 de ellas circulares), mide 23 metros de alto y fue creado por el mismo arquitecto que diseñó la “nueva basílica”, Pedro Ramírez Vázquez.

Este campanario, o “carillón”, es toda una obra arquitectónica que posee cuatro relojes (astronómico, solar, calendario azteca y tiempo actual) y sus campanas pueden entonar un centenar de melodías, desde himnos religiosos (incluyendo aquel que dice “…la guadalupaaanaaa, la guadalupaaanaaa…”) hasta canciones de Cri Cri.

¿Qué otro dato conoces de la Basílica de Guadalupe?

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