El día de la Candelaria ya se avista y con esos últimos tamales termina oficialmente –al menos en la mayoría de las casas chilangas– la temporada de festejos navideños. Se quita el arbolito de Navidad y todas las luces se guardan en una caja; por desgracia, las deudas acumuladas en diciembre no se pueden esconder tan fácilmente. Termina el festejo, comienzan las deudas; el ciclo es tan común que hasta tiene nombre: la cuesta de enero.

A grandes rasgos, la cuesta de enero sucede por dos cosas: se gasta de más en diciembre y en enero los precios tienden a subir. Este 2018 en particular el panorama está más complicado. Ada Irma Cruz, presidenta de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), explicó en conferencia de prensa hace unos días que «(se estima que) la cuesta de enero para los consumidores se extenderá hasta la primera quincena de marzo, cuando el consumidor en su mayoría habrá solventado los gastos de fin de año y los pagos de impuestos».

Cruz también explicó, según información de El Economista, que la tendencia indica que los precios de gas, electricidad y gasolina seguirán subiendo. Además, «las pequeñas y medianas empresas enfrentarán un panorama complicado y de mucho esfuerzo para mantenerse activas y competitivas en el mercado interno. La previsión de crecimiento para el sector se coloca en el 1%».

Otros tres factores impactarán las estabilidad financiera del año, según el Banco de México: las elecciones presidenciales, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la reforma fiscal de Estados Unidos. El organismo agrega que «los mercados financieros nacionales han reflejado mayor incertidumbre, la cual ha incidido sobre la actividad económica. A lo anterior hay que añadir la presencia de nuevos choques que han incidido sobre el comportamiento reciente de la inflación».

¿Qué puedes hacer para superar la cuesta de enero?

No hay una receta mágica para salir de deudas, pero sí hay algunos puntos que te pueden ayudar a disminuirlas, superar la cuesta de enero y lograr estabilizar tus finanzas en los siguientes meses.

1. Analizar tus gastos y organizar un presupuesto

Según el Instituto Nacional del Emprendedor (Inaem), 4 de cada 10 mexicanos no realizan presupuestos e ignoran cuáles son sus ingresos y egresos, dando como resultado un colapso financiero. Por esto, «un buen inicio consiste en registrar tus egresos de un periodo específico y agruparlos por categorías. Haz lo mismo con tus ingresos. A nivel personal puedes usar una hoja de cálculo o aplicaciones».

2. También analiza tus deudas

Inaem recomienda hacerte estas preguntas: ¿cuánto debes?, ¿a quiénes?, ¿cuáles son los rubros?, ¿en qué condiciones?, ¿debes más a bancos vía hipoteca, préstamos personales o tarjetas de crédito?, ¿o tus principales acreedores son familiares y amigos?. Esto te brindará un panorama más claro de la magnitud del problema.

3. Inicia con las deudas más pequeñas

La regla general para liquidar deudas es comenzar con las que son más fáciles de pagar, es decir, las más pequeñas. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda: no pagar el mínimo de tu tarjeta de crédito, porque esta práctica alargará la deuda y la cantidad de intereses por pagar; y, si tienes una deuda con intereses muy elevados, es aconsejable liquidarla o cambiar de acreedor por otro que te permita tener ese adeudo en mejores condiciones.

4. Si no hay de otra y debes pedir más préstamos…

No es recomendable, pero si no hay otra opción, Condusef recomienda que compares las opciones en el mercado (bancos, sofoles, casas comerciales, casas de empeño) para encontrar la que más te pueda ayudar. Por otro lado, la Procuraduría Federal del Consumidor recomienda revisar el Registro Público de Casas de Empeño para conocer cuáles son las que operan en el marco de la legalidad y respetan tus derechos.