En la Ciudad de México, la primavera inicia cuando las jacarandas florecen, dándole al paisaje un peculiar color azul violáceo que, en unos días, se transporta también a sus calles y banquetas.
Se sabe que este árbol no es oriundo de México, sino de Brasil, donde se conoce como Yacarandá, y después fue plantado en otros países de Sudamérica, como Perú.
De su llegada a México no hay muchos registros, pero sí varias anécdotas. Por eso aquí presentamos tres de las teorías más recurrentes cuando se quiere saber por qué la jacaranda se convirtió en uno de los símbolos más distintivos del paisaje chilango.

De Japón

La flor de cerezo (o sakura) es un árbol muy apreciado en Japón, el cual sólo florece al inicio de la primavera, decorando los parques y avenidas de las ciudades de ese país con una especie de nubes rosadas.
En la Primavera de 1912, el alcalde de Tokio le regaló a la ciudad de Washington DC un paquete de 3,000 cerezos como señal de amistad entre Japón y Estados Unidos, los cuales todavía se pueden ver y cada año se realza en la capital estadounidense un festival cultural en honor al cherry blossom.
Casi 20 años después de ese acontecimiento, el entonces presidente de México, Pascual Ortiz Rubio ?que sólo estuvo en el cargo un par de años?, pensó que sería buena idea aplicar el mismo detalle, por lo que le pidió a los japoneses que le regalara algunos cerezos para plantarlos en calles y parques de la CDMX.
Sin embargo, los japoneses le tuvieron que decir que, con la pena, los cerezos no podían crecer en un clima como el de la Ciudad de México; sin embargo, los expertos que hicieron ese análisis, recomendaron que se sembraran jacarandas, unos árboles proveniente de Sudamérica y que también florecía en Primavera, formado un colorido paisaje.
Ortiz Rubio accedió y, desde entonces, la Ciudad de México se llenó de jacarandas.

Segunda teoría

A inicios del siglo 20, cuando la ciudad empezaba a crecer y surgían colonias como la Roma, Polanco y Condesa, llegaron ahí personas adineradas que querían coronar sus nuevas casas con bellos jardines.
Así llegó a México Tatsugoro Matsumoto, un jardinero japonés que se dedicaba a diseñar jardines en Perú y que viajó al país invitado por un ricachón que le encargó la construcción de un jardín en su hacienda.
Su obra se hizo tan popular, que lo empezaron a llamar para diseñar los jardines y los parques de las nuevas colonias, y la jacaranda fue uno de sus elementos favoritos en sus diseños, justamente porque se parecía a los cerezos japoneses.
Matsumoto se quedó a vivir en la colonia Roma y fue el creador intelectual de muchos parques de la Ciudad de México, en donde también sembró jacarandas, además de que su familia es propietaria de una tradicional cadena de florerías que lleva su nombre.
Hay quienes dicen que fue él quien asesoró a Ortiz Rubio para que plantara jacarandas en las calles, porque él las utilizaba en los elegantes jardines que diseñaba.

De Veracruz

Otra teoría dice que las jacarandas llegaron a Veracruz, pero no como árbol de ornato, sino por su madera, por lo que se sembraron varios en viveros de ese estado; inclusive, hay un poblado veracruzano llamado Jacarandas.
Ahí las conoció Miguel Ángel de Quevedo, quien las trajo a la Ciudad de México cuando trabajó como el encargado del diseño de los parques de la capital, así como de arbolar su calles.
Así, durante las primeras décadas del siglo 20, el también llamado ?Apostol del Árbol? sembró jacarandas en Veracruz y en los Viveros de Coyoacán, para después transplantarlas en los nuevos trazados de calles, como Insurgentes o Paseo de la Reforma, y en parques, como el México o el España.
No hay registro exacto de cuál de las tres versiones es la verdadera, aunque lo más probable es que sea una mezcla de ellas. Lo que sí es verdad es que la jacaranda es el árbol característico de la Primavera de la Ciudad de México, la estación que mejor le acopla a los chilangos, aunque ellos no lo sepan.
¿Cuál de las tres teorías te parece que es más real?

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