A todos nos pega el marketing del día de San Valentín. A todos. Porque incluso odiar esta celebración es una forma de reaccionar a la melcocha que las marcas nos venden como amor con el fin de vender más. Y nosotros, curiosos como somos, salimos a algunas de las calles más transitadas de la ciudad para ver cómo se veían los tórtolos y las tórtolas. Y pues qué les decimos: una imagen vale más que mil palabras, así que vean las fotos y ustedes mismos decidan. Ahhh, lo que hacemos en nombre del amor.