Pasado el Día de Reyes, lo primero que queremos es deshacernos del árbol de Navidad, lo cual es un verdadero fastidio porque si lo tiramos en la banqueta “haríamos llorar al niño Dios” y de paso, te multa el GDF. Además, en definitiva es una mala idea, estamos siendo parte del problema de deforestacion y el próximo año el árbol puede regresar en forma de carbón a manos de los Reyes Magos.

Para que esto no suceda te damos algunas ideas de lo que puedes hacer con él.

BUENA IDEA

– En tierra se convertirá. Cada año, el gobierno del DF instala una campaña en la que puedes llevar tu árbol a los centros de acopio (en parques públicos y explanadas delegacionales) y te lo cambian por una bonita planta. Así te aseguras de que terminará hecho composta y no en el basurero.

– 2 X 1 Cuando termines de usarlo es probable que se vaya a secar, pero puede servir para una segunda Navidad si cuando se seque lo guardas, lo pintas de un color brillante y, llegado el momento, lo adornas nuevamente. De esa manera te ahorrarás una lana porque los árboles naturales son caros.

– El mil usos. Cuando deje de servir como arbolito y se seque, puedes usarlo como perchero para colgar paraguas, abrigos, llaves y hasta fotografías –de cualquier manera, ya está en la sala–. El chiste es que lo puedas utilizar el mayor tiempo posible y sirva para más cosas que un simple adorno navideño.

– Igual, retoña… Si tu arbolito es endémico de los bosques cercanos a la ciudad –lo más probable es que sí– tiene altas probabilidades de sobrevivir si lo regresas a una maceta. Incluso, puedes plantarlo en tu jardín o en un área verde. Así te sentirás mejor por haber salvado una vida y contribuido a la ecología local.

O PUEDES…

– Usarlo como arma sobrenatural.Puedes cortarlo y hacer miles de estacas para cazar vampiros en las noches. Nunca está de más. Durante los últimos años, los zombis han estado haciendo mucho ruido y los vampiros han estado muy callados. Estamos seguros de que algo traman y es mejor estar preparados.

– Remodelarlo como bonsai. Dedícale un tiempito a podarlo con pericia hasta que quede chiquito y bonito como bonsái. Piénsalo, después puedes utilizarlo para adornar tu casa y lucirás como todo un habilidoso horticultor. O puede funcionar como un amistoso regalo entre vecinos para esa chica del 502 a la que siempre quisiste saludar.

– Construir una balsa. Cierto político tabasqueño (ejem… pejem…) una vez predijo unas lluvias apocalípticas a principio de año, lo tildaron de loco, pero ocurrieron. Desde entonces, siempre llueve monstruosamente en este mes. Es mejor estar preparado con la última balsa del vecindario, ¿quién es el tonto ahora?

– Convertirlo en varitas mágicas. Sólo necesitas hacer de cada ramita algo que se parezca a la varita de saúco, te aseguramos que será todo un éxito en los vagones del Metro. Nosotros ya nos vimos… Lléeevelo, el regalo de novedad, la única y original varita de Harry Potter, el artículo oficial, de a 10.