Todos hemos tenido de visita en casa a gente que no es de la ciudad: amigos de otros estados o extranjeros que pasan unos días con nosotros. Y estamos seguros que todos se han quedado asombrados de ver el lugar donde vivimos, ya sea por lo bonito ¡o por lo extraño!

En pocos lugares de nuestro país puedes ir por la calle y encontrar a alguien vestido de Spiderman sin que nadie le diga nada (“debe de ir a una convención de cómics”, piensas). Nos encanta ser chilangos, pero debemos aceptar que hay cosas que definitivamente no son normales, aunqueya nos acostumbramos a ellas.Por ejemplo:

1. Pasar una hora en un tráfico espantoso, creyendo que seguramente hubo un fuerte accidente más adelante… y cuando avanzas más, descubres que no hay nada.

2. Que viviendo en Satélite decidas agarrar un trabajo en Xochimilco, o que vivas en Iztapalapa y tu trabajo esté en Santa Fe. Dos horas de camino y como si nada.

3. Cuando haces veinte minutos a tu trabajo todos dicen “¡Qué rápido! ¡Debes de vivir muy cerca!”.

4. Puedes encontrar una persona acostada en la calle, sin moverse, y piensas “seguro está borracho”… y lo saltas (no lo mueves por miedo a que se despierte).

5. Que el día 28 el metro se llena de esculturas de San Judas Tadeo más grandes que quien las carga o, mejor aún, personas disfrazadas de San Judas.

6. Estacionarse en el DF sale carísimo: la tarifa de 16 pesos por hora es barata; de 22 es normal, aunque puedes encontrar de más de 40 (¡en muchos estados es gratis!).

7. Aquí, como en muchas ciudades del país, puedes agarrar a un perfecto desconocido, echarte una cerveza con él y decir “¡Ya somos hermanooooos!”.

8. La ciudad es tan grande que puedes pasar muchos meses sin ir al otro lado: los de Coapa nunca van a Azcapotzalco y los de la Venustiano Carranza jamás van a la Magdalena Contreras (¿como que pa’ qué?).

9, Que en Coyoacán te formes durante veinte minutos para comprar un café, nada más porque es tradición (¡pero qué buenos son los cafés jarochos!).

10. Cuando ves que en medio del Periférico hay vendedores ambulantes piensas “¡Jijo! ¡Si hay vendedores ambulantes es que esto no va a avanzar!”. Y cuando es de madrugada y vas a toda velocidad por esa misma vía, dices “qué loco que aquí mismo te vendan cocas, pistaches y charritos”.

11. Que vayas al supermercado y encuentres a algún personaje de la televisión escogiendo sus aguacates.

12. Que vayas a comprar tacos de guisado en un puesto de lámina y pienses que con echarte gel antibacterial y limón al taco ya no te vas a enfermar, ¡jaaa!

13. Que todos seamos un Leonardo DiCaprio en potencia y cuando llegas a la oficina a contar tu aventura de fin de semana hasta la actúas cambiando la voz.

14. Tenemos la oferta más grande de conciertos y espectáculos del país: te falta dinero y tiempo para ir a todos ellos.

15. Que haya marchas tan folclóricas como la Marcha de las Putas, el Paseo Nudista en bici, la Marcha Friki, o que se junten 8 mil personas disfrazadas de zombis.

16. Ésta es una ciudad incluyente: gente con el cabello de colores o gorros graciosos, con ropa extravagante… ¡puedes andar como sea en la calle y nadie te dice nada!

17. Que 30 personas puedan cerrar una avenida por una protesta… por cualquier motivo.

18. Que justo abajo de un edificio con 300 años de antigüedad haya un puesto de tacos que deja su grasa en la banqueta.

19. El Centro Histórico es un lugar surrealista por excelencia: sólo ahí encuentras botargas de Minion abrazadas de Thor, Wolverine, Woody y Batman.

20. Hablando del Centro Histórico, ¿qué pasa con los merolicos que juntan tanta gente sobre la banqueta que no dejan pasar?

21. Que en lugares como la Condesa o Polanco le puedas dejar las llaves de tu auto a un desconocido para que lo estacione porque “ya lleva muchos años ahí”.

22. Que esas mismas personas aparten los lugares para estacionar con botellas de refresco llenas de agua.

23. Nos enoja, pero vemos normal que los microbuses hacen triple fila para agarrar pasaje (“es que así son ellos, pues”).

24. Dar propina –casi obligatoria y con tarifa preestablecida- al mesero, viene-viene, valet parking, ¡y hasta al señor que baja las maletas del autobús foráneo!

25. ¡Ésta es la Ciudad de México! ¡Lo normal es encontrar cosas que no son normales!

¡Cuéntanos lo más raro que te hace sentir orgulloso de ser chilango!