Si no son vampiros, son brujas, si no son brujas son zombies, y si no es ninguno de los anteriores, entonces son gays. La televisión funciona por modas. Cada que un tema está en boca de todos, las cadenas lo adaptan a dramas y comedias, ponen changuitos y esperan a que sea un éxito… y no siempre les resulta el numerito.

En 1998, un tema que más que una moda era una cuestión de tabú y controversia, la homosexualidad, llegó a la cima de lo adorado por los espectadores con la comedia Will & Grace. Un hombre gay y una mujer heterosexual compartían la relación disfuncional perfecta que ya quisieran Angelina Jolie y Brad Pitt. Acompañados por una secretaria alcohólica y “Just Jack!”se volvieron un show tan popular que, hoy en día, en nostalgia, compiten contra Friends y Seinfeld.

El tema gay no parecía haberle importado a los espectadores. No se vio enfrentada contra la homofobia o la discriminación. Hombres y mujeres tanto gays como heterosexuales se volvieron seguidores. Y estrellas de la talla de Matt Damon y Woody Harrelson se vieron atraídos a ser parte del proyecto. Un éxito en los seis colores del arcoiris que de 1998 al 2006 nos presentó únicamente un sólo beso entre dos hombres.

Desde su final hace ya ocho años, las televisoras han volteado, ensalsado, revuelto y estrellado el tema gay buscando la próxima Will & Grace. Y desde hace ocho años hemos visto morir una tras otra comedia con protagonistas homosexuales como si fuera una epidemia.

Tomemos Fall Season 2012. Dos comedias “gays” intentaron hacerse del gusto del público, ambas con temáticas muy distintas y un instinto de supervivencia que ni Bear Grylls.

De la ideática mente de Ryan Murphy, NBC compró The New Normal, sobre una pareja gay en el proceso de adopción de una niña, y la apoyó hasta el final pese a sus bajos ratings. El programa estelarizado por Justin Bartha (The Hangover) y Andrew Rannells (Girls) concluyó una temporada de 22 episodios antes de moverse al limbo de lo olvidable.

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Peor le fue a Partners. La comedia de CBS, mejor conocida como aquella en la que Superman hacía de pareja del de Ugly Betty, llegó arrastrándose al capítulo seis, antes de que la cadena decidiera enviarla a la tumba. Y he aquí la sorpresa… Partners era de los mismos creadores de Will & Grace. (What?).

El pasado Fall Season la televisión lo volvió a intentar. Dijeron, “Lo que nos falta son estrellas” y entonces agarraron a Sean Hayes (Osea Jack McFarland de…sí, Will & Grace) y le dieron su propio programa: Sean Saves The World.

Las aventuras de un papá gay con una hija adolescente, una madre irritante y un jefe sin sentido de la realidad no sólo no lograron salvar al mundo, de hecho, no lograron salvarse a sí mismas. Esta semana fuimos sorprendidos con la noticia de que la comedia había sido puesta a descansar luego de conseguir la segunda posición en ratings más bajos de la barra de comedia de NBC (el primer lugar lo tiene The Michael J. Fox Show).

Sean Saves The World llegó al capítulo 13antes de que la humanidad se diera por vencida de ella.

Y aquí lo curioso: ninguna de las tres comedias antes mencionadas presentaban explícitas imágenes de actos de pareja entre hombres. En dos de ellas no vimos siquiera un beso y en The New Normal lo “más gay” en pantalla eran los suéteres verdes de Bryan (y una que otra escena de la pareja compartiendo cama matrimonial en pijama).

¿Qué es entonces si no la controversia?

Incluso la televisión por cable que nos tiene acostumbrados a otro tipo de contenido “más atrevido” fracasó con la recién estrenada Looking, sobre un grupo de tres amigos gays viviendo y disfrutando de la vida en San Francisco. El show estrenó con ratings bajísimos para HBO.Únicamente 300 mil espectadores se vieron interesados en ver a Jonathan Groff buscando el amor, ésos son dos millones menos de los que vieron el piloto de True Detective en la misma cadena.

Tal vez no sea la homosexualidad como tema.Tal vez sea culpa de los guiones, de las actuaciones (en el caso de Sean Saves The World lo podemos entender, ¿pero y las demás?). Curiosamente entre más series gays desaparecen del prime time, más personajes gays se colocan como favoritos del público. Blaine y Kurt en Glee han creado un culto alrededor de su relación, mientras Shane de Pretty Little Liars es un éxito entre los caballeros y Felix es uno de los personajes más adorados de Orphan Black.

Para habernos levantado el cuello como sociedad en cuanto a nuestra apertura mental y tolerancia a minorías, estos números parecen demostrar que la gente aún tiene problema con ciertos temas. Saben que existen, sabe que no van a irse a ningún lado, pero no los quiere ver en su pantalla. Es eso o Phil Robertson (Duck Dynasty) está decidiendo qué vamos a ver en nuestra programación.