Esta comedia dramática de sabor agridulce aunque edificante es el filme que se conozca del guionista y director Jason Reitman a la fecha; sin duda alguna estará entre los nominados para un Oscar.
Luego de haberse destacado hace dos años con Juno, su comedia sobre una adolescente en estado, el guionista y director Jason Reitman se sirve de su buen ojo para poner en la mira el mundo del viajero moderno con Up in the Air, una comedia de sabor agridulce sobre el viaje turbulento de autodescubrimiento y de redención.
En el papel estelar George Clooney encarna a Ryan Bingham, un empleado corporativo encargado de reducir el personal corporativo (en pocas palabras se gana la vida despidiendo a otros de sus empleos) y un guerrero de carretera experimentado cuya aversión por la conexión humana es evidente por la enorme cantidad de millas frecuentes aéreas - fruto de un trabajo que requiere su ausencia de la oficina durante más de 300 días del año. Contento con la vida que lleva entre bares de hoteles y los salones de espera en aeropuertos Ryan empieza a perder los estribos cuando le asignan entrenar a Natalie (Anna Kendrick), una recién graduada llena de ideas para traer ciertos cambios a esta función de despedir a los empleados — ya que sus ideas amenazan con ponerle un punto final a la vida desarraigada de Ryan y a la naciente relación con Alex (Vera Farmiga), una colega y nómada del mundo corporativo que al igual que él prefiere las relaciones sin ataduras que requieren de poco esfuerzo.
Imaginando encuentros para saciar impulsos carnales, mensajes insinuantes en el Blackberry y citas románticas concertadas por Outlook, Ryan empieza a sospechar que Alex pudiera ser su alma gemela. Sin embargo Natalie, su compañera de viaje, resulta ser una adversaria mucho más competidora y competente de lo que anticipara. Mientras Ryan deja notar la falta de experiencia e ingenuidad de Natalie en una serie de reuniones de trabajo medianamente desastrosas, ella a su vez no deja pasar cualquier oportunidad que se presenta para refutar su enfoque aislacionista hacia el amor y las relaciones humanas. Pero el resentimiento mutuo desaparece y en su lugar va surgiendo una relación cuya dinámica es la que veríamos entre un padre y su hija y sienten un afecto genuino el uno por el otro pero que permanece cauteloso. A medida que las barreras que construyó con tanto esmero se van derrumbando Ryan no puede borrar de su mente a Alex, y empieza a considerar lo antes inimaginable: echar raíces.
Si bien es cierto que los recortes corporativos, la falta de conexión emocional y los efectos deshumanizadores de la tecnología moderna no sean temas ligeros Up in the Air no se deja llevar por el camino que tomó Death of a Salesman gracias al espíritu perceptivo y listo de Reitman y las breves apariciones de comediantes de peso pesado como Danny McBride, Zach Galifianakis y J.K. Simmons. De hecho, todo llega a coagular para sostener una experiencia levantadora moralmente aunque sea con uno de aquellos finales tristes pero felices. La última mitad del largometraje carece de estructura y tristemente hemos de presenciar un par de giros previsibles utilizados para hacer avanzar la trama pero restándole impacto. Pero con todo y eso este filme sigue siendo uno de los mejores del año y sin duda alguna la mejor película de Reitman a la fecha. Up in the Air figurará sin duda alguna entre las nominadas para un Oscar.