Tercer largometraje de este cineasta experimental, quien obtuvo la atención del público europeo con sus dos anteriores filmes: Sombra y La nueva vida. Grandrieux demuestra su capacidad para captar la esencia de las imágenes por medio de una fotografía que nos transporta al desolado mundo de un joven epiléptico que vive en secreto un romance con su hermana. Merecedor de una Mención Especial en el Festival de Venecia 2008, Un lago recurre a los susurros y silencios para crear una historia